Este blog pretende ser el diario resumen de las salidas y viajes de sectamtb
Un grupo de mtbikers de Mallorca.

viernes, 29 de agosto de 2014

ALPS 2014. HOHE TAUERN o TOUR GROSSVENEDIGER V


ST JAKOB / ST PÖLTENER-HÜTTE – ACERETTO (CAMPO TURES)

No nevó y  al despertarnos tampoco llovía. Recogimos los bártulos que estaban desperdigados por todo el refugio y tras desayunar y pagar la dolorosa cuenta de lo mucho que gastamos en una tarde ociosa, nos preparamos para marchar. En los últimos viajes, quizás una cuarta  parte de lo que llevamos en la mochila no lo llegamos a usar, pero en este viaje no quedó prenda ni plástico sin usar. Embutidos con todo lo que teníamos, camiseta térmica, manguitos, perneras, windstoper, chubacas, etc,  iniciamos el descenso.
Tal como nos había dicho el del refugio, tras unos 10 minutos de andar y superar algunos neveros, llegamos a una explanada en la que se iniciaba una pista que no salía en los mapas.
Ésta al principio  era más bien una torrentera pedregosa  que curiosamente  coincidía  con el recorrido que teníamos marcado en el GPS. Al fin entendía porque el track iba por allí.
Tras un pinchazo a media bajada llegamos a la boca sur del túnel, lugar en donde este narrador tuvo que cambiar pastillas de freno. Reiniciamos la marcha por el desvió provisional de los coches que salían de las entrañas de la montaña, contemplando las aterradoras imágenes de cómo había quedado totalmente destruido el falso túnel de la carretera oficial tras un corrimiento de tierras.
De nuevo los GPS de salvador y pere se volvieron locos al igual que le paso a Vp, por lo que el único que conservaba la ruta era mi vetusto Garmin que estaba con la batería agonizante ya que en el refugio solo nos dejaron cargar uno al mismo tiempo y los que pudieron enchufarse al final solo fueron los de Pere y Salva. Salimos de la carretera principal e iniciamos el descenso hacia Matrei por caminos y algún sendero siguiendo el track que coincidía con el itinerario señalizado. Todos estos tramos los había incorporado este narrador en base a la cartografía del cyclemap contrastada con el google earth y el kompass virtual. Llegamos a Gruben en donde, al igual que les pasó a los del grupo B, estuvimos a punto de ir por el sendero que se iba por los cerros de Úbeda. Gracias a Bigel, que vio que  los  tiempos de recorrido de una opción u otra eran el doble, fuimos por la dirección  correcta que también era la definida en el track. 
Llegamos a Matrei por pistas rápidas junto al rio para posteriormente  continuar  la ruta por el lado izquierdo de la carretera ya más en la ladera de la montaña. Así lléganos hasta el pueblo de Huben en donde debíamos abandonar el valle principal para después de  36 km de bajada iniciar el ascenso.
Era una muy buena hora para tomar algo, así que nos paramos en un bar y como los interpretes oficiales no estaban por la labor, Miky tomo la iniciativa y en su idioma internacional pidió unos sándwichs y efectivamente, nos trajeron unos sandwichs magníficos, que evidentemente no eran suficientes  para llenar los depositos y hacer todo un día de bici.  Iniciamos el ascenso por una carretera con rampas bastante simpáticas en la que Salvador y su, hasta en ese momento, valedor Rol, se quedaron algo rezagados. Íbamos mal de tiempo y el cielo se estaba tapando por momentos,  era el momento ideal para que Salva, después de más de 15 años de montar en bici en los que todo el mundo le había dicho que llevaba el sillín demasiado bajo, decidiera olvidarse del riguroso estudio biomecánico que según él se había hecho e  intentará regular la altura y posición del sillín. Lo dejamos experimentando y seguimos valle arriba. Como la carretera era algo estrecha y con algo de tráfico, pese a la situación critica,  optamos por dejarla y seguir el track  que transcurría por pistas mucho más apacibles junto al rio. Unos tres kilómetros antes de llegar  a Sant Jakob empezó a diluviar por lo que a la desesperada esprintamos hasta el pueblo y nos paramos en el primer bar que había en la entrada. Amablemente nos dejaron pasar y tras poner una toalla en cada sillón tapizado del salón restaurante, nos sentamos en la  mesa a tomar un buen caldo y algunos postres. No paraba de llover, así que empezamos a estudiar posibles alternativas.
El equipo B, vp y Gerardo, siguiendo el planing inicial del viaje salieron rumbo al col di Gola de 2.300 mt que nos permitiría de nuevo entrar en Italia. La ascensión era por una larga pista  de unos  22km km que pasaba por unos esplendidos paisajes alpinos, siguiendo la secuencia típica de bosques y prados.
Al llegar al collado iniciaron el descenso que tenía que dejarnos el buen sabor de boca de fin de viaje. Así llegaron a  la hora de comer al refugio de Knuttealm en donde pararon. Habían decidido no completar el recorrido previsto que iba supuestamente hacia un nuevo collado para ir al valle de Prettau e ir vía directa hacia Acereto.  Así, después de  completar la bajada hasta el fondo de valle y  tras pasar una pequeña estación de esquí iniciaron la subida hacia el agroturismo en donde teníamos que dormir,  al cual llegaron bajando por magnificas sendas  entre abetos.
Cuando ya  debía hacer más de una hora y media que los componentes del grupo A estábamos esperando a que amainara, bigel soltó una frase lapidaria. “Señores, el viaje acaba aquí “. Nadie se atrevió a contradecirle por lo que a las 16,00 horas iniciamos los trámites para el rescate. Contactamos con el equipo A y  pedimos auxilio. En un momento de lucidez, al iniciar el viaje, decidimos que las llaves de los coches en lugar de dejarlas en el agroturismo irían en  distintas mochilas, por lo que desgraciadamente nosotros teníamos las llaves de los pandas. Así el rescate inicialmente solo podía ser con la furgoneta y por lo tanto, después de que ésta llevara la carga de bicis y 2 pasajeros más con las correspondientes llaves, los pandas tendrían que  salir al rescate del resto de miembros de la expedición. Mientras la furgo iniciaba el trayecto, empezamos a calcular tiempos, el recorrido que nosotros teníamos que hacer en bici hasta Acereto era de unos 40 km pero el recorrido por carretera era  de unos 70 km  y también tenía un puerto de montaña de 2000 mt, por lo que cada viaje podía representar más de una hora y media.
Así los últimos en ser rescatados tendrían que esperar unas cuatro horas y media y los del bar ya se estaban cansando de tenernos allí apoltronados y nos miraban mal. Decidimos buscar un plan C, consistente en averiguar que nos costaría ir en taxi hasta Campo di Tures. Al estar en zonas de esquí, el tema de los transferes está bastante desarrollado, por lo que encontramos una furgo que nos podía llevar por un precio razonable. No nos lo pensamos ni un momento  y la contratamos a la espera de que llegase nuestra furgo para deshacernos de las bicis.  Al fin llegó el rescate e iniciamos la operación retorno sin mayor incidencia que un mareo de órdago por parte de este narrador que al llegar a destino sacó lo que aún le quedaba en el estómago.  Tras una buena ducha y la mejor cena de todo el viaje, con abundante carne a la brasa y productos típicos del lugar, nos fuimos a dormir. El viaje se había acabado y este narrador se sumió en la depresión típica post viaje recordando como siempre el aria de Bach: 
“Es ist vollbracht! “    ¡Todo se ha consumado!.
Equipo A: 58 km y 850 mt de desnivel, Equipo B:  40 km  y 1100 mt aproximadamente.


ACERETTO (CAMPO TURES) – MILAN- PALMA.

Tras un magnífico desayuno, acorde con la cena de la noche,  iniciamos la engorrosa labor de empaquetado de bicis y carga en la furgoneta. Luego  bajamos hasta el pueblo de Campo di Tures en donde dimos un breve paseo para ver a lo lejos el castillo e iniciamos el regreso hacia Milán. Para consuelo nuestro, al atravesar la zona de los Dolomitas, de nuevo se puso a llover, verificando  que también en la parte sur de los Alpes, este año, también tocaba agua.
Al pasar por Trento decidimos parar a comer por lo que  salimos de la autopista. Tras un breve paseo por la periferia de esta ciudad, encontramos una pizzería en la que los comensales no eran turistas sino auténticos nativos, por lo que la calidad y cantidad estaban aseguradas. Tras la comida nos dimos cuenta de que íbamos algo justos de tiempo por lo que sin más demora partimos hacia Malpensa. Al llegar allí desembarcamos las bicis y parte de los miembros de la expedición, mientras los pilotos y este narrador fuimos a devolver los vehículos a Morini. La operación embarque, vuelo y llegada a Palma transcurrieron sin ningún contratiempo. Así finalizó el tradicional viaje de cada verano  a los Alpes. 
Este año fue  un tanto atípico ya que estas montañas nos enseñaron su cara menos apacible con una semana completa de lluvias.  Quizás se podría pensar que es mejor ir a una carrera o  a un viaje organizado en el que uno sabe que detrás hay una organización responsable de resolver los problemas que se puedan presentar, pero para este narrador  se pierde en gran parte el sentido de aventura. 
PD.
Agradecer como cada año a todos los que han hecho posible el viaje:
Al Randino y a Salvador, sobre todo, por hacer todas las reservas, que este año fueron especialmente dificultosas.
A Jetroni, que pese a que al final no vino, se encargó de iniciar los trámites con Morini y nos instaló la cartografía en los GPS y a algunos también los tracks.
A san Pere mártir por llevar el bote comunitario y tener que estar suplicando siempre nuevas aportaciones a un bote que semejaba tener un gran agujero.
A los chofers y especialmente a Gerard, por la panzada de kilómetros que hizo para rescatarnos.
Y a todos por esos momentos que pasamos.

lunes, 25 de agosto de 2014

ALPS 2014. HOHE TAUERN o TOUR GROSSVENEDIGER. IV.

MITTERSILL – ST JAKOB / ST PÖLTENER-HÜTTE

Amaneció sin llover pero con un cielo plomizo que no vaticinaba nada bueno. A pesar de todo, gracias a un diálogo de besugos con  el del hotel, al fin teníamos un plan B. Podíamos ir  rodando hacia el túnel  y desde allí llamar a un servicio de transfers para bicis que ofrecía el concesionario. Desayunamos pensando que de una manera u  otra íbamos a cruzar la montaña y podríamos ver la cara este del Grossvenediger, la imponente mole de 3662 mt que estábamos rodeando.
Al estar separados en dos mesas distintas se crearon 2 grupos de opinión: los del plan A y los del plan B, estos últimos justificaban su opción en base  a lo que les aportaba o no la aventura de intentar subir hacia lo desconocido. Lo sensato era sin lugar a dudas pasar por el túnel,  pero y si el tiempo se portaba…
A las 9 iniciábamos la marcha siguiendo un sendero resbaladizo junto al rio en el que cada 200 mt teníamos que sortear unas barreras burladero, no sabemos si para evitar que el ganado pasara o para putear a las bicis.
Llegamos a la carretera del túnel e iniciamos el ascenso siguiendo el track que nos llevaba por carreterillas y caminos secundarios. Después de rodar unos  10 km llegamos a una bifurcación, el track giraba a la derecha y abandonaba el valle principal, por la izquierda continuaba la carretera ya sin interrupciones hasta el túnel. Tras una breve reunión los de la mesa que defendían  el plan A tenían muy claro que iban a continuar. Este narrador estaba dividido entre la razón y el sentimiento. La noche anterior había sopesado los riesgos de subir en medio de una tormenta,  sabía que si todo iba mal, arriba en el  collado existía un refugio en el que podríamos guarecernos y como llevábamos el equipaje a cuestas podríamos al menos  cambiarnos y ponernos ropa seca para hacer la bajada.
Recordó la frase de Shacleton: "Se buscan hombres para expedición peligrosa…. Honores y premios en caso de éxito". Este año no podía alegar estar en baja forma y tampoco quería dejar a su suerte al resto del grupo. No pasaba nada si continuábamos subiendo un poco mas y si se ponía a llover estando aun en la zona de pista, en un momento podíamos deshacer lo hecho. Al final  solo  Vp, Gerardo y Salva decidieron seguir el plan B. El resto, continuamos según el track por una carreterilla asfaltada que término pronto en un parking con un punto de información. 
Justo allí estaba el primer gran lago de la jornada, el Hintersee, pero como no podíamos perder el tiempo en visitas turísticas continuamos la marcha  por una increíble pista en zigzag,  que en 7km subía 800 mt de golpe. Las vistas eran apoteósicas, un valle entre nieblas perfilado por grandes acantilados  por los que se precipitaban  numerosas cascadas. Parecía que estábamos en  un paisaje de Tolkien y nosotros nos sentíamos  como la “compañía” de pequeños hobits que se dirigían hacia Mordor. 
Mientras la cabeza se perdía en estos pensamientos en los momentos de paz en que miky no intentaba un nuevo ataque al que había  que neutralizar, alguien detectó que nos seguían, no teníamos muy claro quién era, quizás  era Gollum  o quizás no…
Cuando se acabó la pista cogimos un sendero que discurría más o menos a  la misma  cota  hasta que al final  enlazamos con  el sendero del GR que no habíamos tomado al principio de la ascensión y que estaba bastante más definido. Cuando ya llevábamos un buen rato de pateo empezó a llover,  hacía ya tiempo que habíamos superado el punto de no retorno y por lo tanto ahora ya lo único que podíamos hacer era continuar. 
A medida que íbamos subiendo la Tormenta iba empeorando.  Ya no solo luchábamos contra el agua, también teníamos que luchar contra fuertes ráfagas de viento que nos desestabilizaban e impedían llevar las bicis a cuesta. Entre el clamor de la tormenta oímos una voz, era el individuo que nos seguía y que ahora estaba más cerca. No nos lo podíamos creer, era Salvador que en el último momento había decidido también acompañarnos. Realmente su comportamiento había sido una temeridad ya que al estar él en unas condiciones físicas algo justas y tener  la bici en un estado bastante precario debía haber ido por el Túnel y no aventurarse en solitario en una persecución incierta. Decidimos aplicarle un pequeño correctivo y  continuar la marcha aunque vigilando de no perderlo. La tormenta estaba en pleno apogeo y el collado nunca llegaba, cada vez que superabas un paso aparecía un nuevo falso llano con su pequeño lago y restos de glaciares. 
Todos pasamos al  modo supervivencia en el que ya no te planteas cuanto queda, lo único importante es avanzar y seguir tal como lo describió (salvando las distancias) Reinhold Messner en su libro  “Everest en Solitario”:

“Durante la ascensión mi voluntad está sedada.  Cuanto más larga es, menos importante me parece la meta, menos me importo a mí mismo.  Mi capacidad de concentración disminuye, mi memoria está debilitada.  Mi fatiga mental es ahora mayor que la física. Resulta muy apetecible sentarse y no hacer nada... y por ello muy peligroso.  La muerte por agotamiento es como la muerte por congelación, una muerte muy agradable.”

Al fin llegamos a un paso que nos dejaba junto a un glaciar de mayores dimensiones que los anteriores, el sendero al principio lo bordeaba, pero de repente éste desaparecía y no había más remedio que cruzarlo.  Afortunadamente el sitio por donde lo atravesábamos era muy corto y no resbalaba así que una vez superado ya apenas quedaban unos metros para alcanzar el puerto. De nuevo la voz de Andreu que durante toda la subida no había parado de darnos ánimos, nos hizo levantar la cabeza, allá arriba ondeaban unas banderolas estábamos salvados.  
Los últimos metros para llegar al refugio eran un espectáculo de bicis abandonadas a su suerte, cada uno la había dejado en el punto en que se encontraba  y había subido corriendo hacia el portal salvador que siempre recordaremos. Entramos y empezamos a quitarnos la ropa empapada en el cuartito donde se dejan las botas, al vernos en el estado deplorable en que estábamos, el comendatore del refugio nos dijo que pasásemos al salón principal y que nos cambiásemos allí dentro que se estaba más caliente y que podíamos extender la ropa por la sala ya que no había mucha más gente.  En un momento dejamos la sala convertida en una coladuría mientras nuestros cuerpos iban recuperando calor.
Una vez cambiados le pedimos si nos podía dar de comer y en un momento estábamos degustando una deliciosa sopa caliente que sabía a gloria. Con la barriga llena y el cuerpo caliente podíamos empezar a plantearnos que hacer. La verdad es que todos también lo teníamos muy claro, afuera hacia un día de perros y allí estábamos calentitos y no apetecía lo más mínimo continuar , además aún nos quedaban un montón de kilómetros por lo que decidimos que nos quedábamos allí. La mala noticia vino cuando el italiano del refugio nos comentó que quizás era mejor bajar  esa tarde aunque lloviese que bajar por la mañana ya que por la noche se preveía una fuerte bajada de temperaturas y por lo tanto podía caer una gran nevada. Miramos por la ventana y ratificamos que de allí no nos movíamos, si nevaba ya veríamos que hacíamos.
Así pasamos la tarde sentados en la mesa tomando infusiones y cervezas mientras comentábamos  diversos temas como ¿qué le pasa a Gerardo que este año va siempre dentro del grupo y no se pone nunca en el pelotón de cabeza? O  también ¿Qué me aporta haber subido hasta aquí?  A la primera pregunta nadie tuvo una respuesta clara pero a la segunda, seguramente para todos, este día fue el que nos aporto más cosas. Este narrador podría decir que para él fue el día en que se sintió más vivo y contento de haber conseguido superar un duro reto inalcanzable si no hubiéramos ido en grupo, que fue el día en que se sintió mas en contacto con la naturaleza ya que ésta nos mostro su vertiente más dura y salvaje, que fue el día en que disfruto mas del autentico paisaje alpino, en definitiva que nos aportó muchas cosas difíciles de explicar…
Después de la cena y trasladar parte de la ropa mojada al cuarto de secado, habitación habitual por estos lares, nos fuimos a dormir en nuestro saco manta a cuadritos que tuvimos que comprar para poder pernoctar en el refugio.
Por otra parte los del grupo  B, subieron hasta el túnel por carretera y allí se encontraron un magnifico teléfono que servia para contactar con el servicio de transfers. Llamaron indicando el numero de bikers y en 5 minutos tenían una furgo con remolque que los traslado a la boca sur del túnel. Allí pasaron por las oficinas del concesionario del puesto de peaje y tras pagar 18 lauros pudieron continuar la marcha. De nuevo el GPS de vp, les jugó una mala pasada ya que de nuevo en ese punto decidió trazar una línea recta, por lo que optaron por bajar por la carretera hasta que vieron letreros para senderistas con la dirección de Matrei, asi salieron de la carretera y fueron siguiendo las indicaciones hasta que en Gruben no vieron que había dos posibles caminos, uno el más evidente,  luego se liaba por las laderas de la montaña, mientras que el otro, cuya indicación estaba más escondida, iba siguiendo el cauce del rio y por lo tanto era el más sencillo.
Asi pues pese a que la tormenta estab persiguiéndoles perdieron un precioso tiempo por un sendero complicado que al final les llevo hasta Matrei. Al llegar a Huben la misma tormenta que nos estaba cayendo a los del grupo A, también los alcanzó por lo que realizaron toda la ascensión hacia san Jakop por carretera, mientras nosotros luchábamos contra las ráfagas de viento ellos luchaban contra los coches que les salpicaban en una carretera hostil. Al fin llegaron al punto donde teníamos reservado.
Allí recibieron nuestra llamada en la que les explicamos que aquella noche no podríamos llegar y que al día siguiente lo mejor era que ellos realizaran la ruta según lo establecido ya que nosotros tardaríamos parte de la mañana en llegar allí  y luego  iríamos vía directa hasta el punto final de la etapa.
Equipo A. 28 km y 1900 mt de desnivel, Equipo B unos 75 km y unos 1500 de desnivel.



domingo, 24 de agosto de 2014

ALPS 2014. HOHE TAUERN o TOUR GROSSVENEDIGER. III.

RETTENBACH – MITTERSILL

Llovió toda la noche y llovía mientras desayunábamos, pero pese a todo, continuamos con nuestro ritual matutino. Eso sí, sin mucha prisa.
La noche anterior con la ayuda del mapa establecimos un par de planes alternativos por si seguía diluviando:
Plan A: Realizar la ruta tal como estaba planeada. En el km 16 de la ruta debiamos tomar esta decisíon, luego ya no habia posible escapatoria.
Plan B: Si Llovía de manera moderada,  existía la posibilidad de llegar a Mitersill por un collado de carretera muy comodo ( pass Thurn) de solo 1274 mt de altitud y que se cogía desde el pueblo de Kitzbügel situado a unos 28 km del inicio de ruta
Plan C: Si diluviaba,  Bajar hasta el valle principal siguiendo la ruta establecida durante unos 8 km y en Westendorf coger un tren que realizando un gran rodeo nos podía llevar hasta Mitersill. 
Sorprendentemente, paró de llover, por lo que inicamos la marcha cuesta para abajo hacia el valle principal en donde  según viéramos iríamos descartando opciones. Al llegar a Westendorf, al ver que podíamos continuar decidimos seguir valle abajo, con la seguridad de que el tendido ferroviario también seguía nuestra dirección. Llegamos a Kirchberg, pueblo en el que el track abandonaba el valle principal y empezaba a subir hacia pistas de esquí en las que de nuevo tendríamos que alcanzar los 2000 mt de altitud. Al llegar allí, empezó a llover con gran intensidad, por lo que nos refugiamos bajo una marquesina par bicis, estaba claro que los Dioses no estaban de nuestra parte.  Era el momento de ir a tomar algo i ver si paraba de Llover. Tras dar un par de vueltas por el pueblo buscando un bar y una tienda en donde vp pudiera comprar  unos pantalones de agua,  acabamos en una panadería / bar situada en el hall de entrada de una oficina bancaria. Aparte de la compra de Vp, Andreu también decidió adquirir una mochila, no se sabe muy bien porque y que arrastró durante el resto de días colgada a la espalda y eso que en los preparativos del viaje se había convertido en un fanático del peso y volumen contenidos. El mal tiempo y el estar ociosos hacia tomar decisiones untanto subrrealistas...
Estaba claro que a medida que iba pasando el tiempo, la opción A se iba diluyendo. Una hora y media después de que llegáramos, paró de Llover pero ya era más de la una del mediodía y en cualquier momento podía arrancar de nuevo. Así descartamos definitivamente la opción A y continuamos valle abajo hasta Kitzbügel, allí debíamos abandonar el valle principal y por tanto el tren si decidíamos hacer el collado de asfalto.  No íbamos a rendirnos fácilmente, así que decidimos poner en marcha el plan B, que en cierta manera podía ser matizado, substituyendo tramos de carretera, por pistas y carreterilla paralelas a la principal.
Así iniciamos la ascensión, primero por el lado derecho del valle de manera muy cómoda y luego por el izquierdo con unas rampas infernales al inicio  que hubiéramos podido evitar si hubiéramos seguido las indicaciones del GPS de Salvador. El último tramo de la ascensión inevitablemente lo tuvimos que hacer por carretera, momento en que el randino y miky se escaparon del pelotón como hacían siempre en todas las subidas , pese a que a este pobre narrador, se le haya colocado el sambenito de ser  el que disgregaba el grupo en las subidas. En el plano habíamos visto que desde el collado era posible bajar por pistas hacia Mittersill.
Asi lo hicimos hasta que nos paramos por una nueva avería, Vp se había cargado el pedal. Reiniciamos la marcha puesto que la cosa no tenia arreglo  y  tras una bajada por una senda de unos 50 cn de ancho, asfaltada y con una pendiente del copon llegamos al pueblo de destino en donde buscamos una tienda de bicis. No la encontramos, pero nos dijeron que a unos 6 km más abajo si la encontraríamos, y como nos venia de paso para ir al lugar donde dormíamos partimos sin demora.
Al pasar por delante de nuestro Gasthof, el pelotón se paró mientras miky y vp seguían en busca de unos nuevos pedales. Salvador pese a sus múltiples averías decidió que no encontraría remedio y optó por quedarse. Tras resolver los problemas con las camas , querían hacernos dormir a dos  en un mini sofá cama y una buena cena, decidimos ir a pasear hasta el pueblo.
Éste, en bici estaba cerca, peró a pie, estaba bastante lejos y mas si se iba con chanqletas como iba miky. Al final llegamos y como no, se puso a llover de nuevo, por lo que regresamos lo mas rápido posible al hotel, consiguiendo asi también mojar la ropa de calle y destrozar las chanqueletas que iban chapoteando por los charcos.
De nuevo en el hotel iniciamos el estudio de  posibles alternativas para el próximo día. Había un plan A (seguir el track y por lo tanto hacer un collado a 2500 mt  con un buen pateo ) y otro plan B (seguir el track y por lo tanto hacer un collado a 2500 mt  con un buen pateo ). Las opciones por carretera eran inviables, o bien dábamos un rodeo de varios cientos de kilómetros o nos metíamos por un túnel de unos 6 km por donde seguro no nos iban a dejar pasar. Seguro que con la luz del día todo se vería mejor… 61 km  y 803 mt de desnivel. 


jueves, 21 de agosto de 2014

ALPS 2014. HOHE TAUERN o TOUR GROSSVENEDIGER. II.

KRIMMLER TAUERNHAUS – RETTENBACH

Amaneció tapado pero no llovía, aunque parecía que en cualquier momento podía empezar a diluviar. Tanto  esta etapa como la del día siguiente se movían por cotas relativamente  bajas  por lo que teníamos que  rodar por bosques alpinos y por lo tanto también  por sus magnificas trialeras. Después del desayuno y el habitual repaso de bicis iniciamos el descenso hacia Krimml. A media bajada debíamos dejar la amplia pista para coger la primer trialera que se suponía nos permitiría ver las famosas cascadas de Krimml, pero para nuestra sorpresa, apareció una señal de prohibido ir en bici. Como era un camino que se suponia bastante discurrido, optamos por hacer caso a la señal y continuamos bajando por la pista que continuaba después de pasar por un túnel.
Al final de la bajada, la bici del Randino, empezó a bambolear. Reunido el comité de expertos, dictaminó que no se sabía cómo, pero el cojinete de la rueda había perdido todos los bolines. Así pues era imposible cualquier tipo de reparación. A pesar de todo,  solo estábamos a unos 2 km cuesta para abajo del pueblo de Krimml, por lo que dejamos al Randino que se fuera a buscar alguna solución mientras los demás iniciábamos la primera subida del día. Ésta, era suave y además por carretera asfaltada pero a media subida empezó a llover. Poco a poco la lluvia fue aumentando en intensidad y al llegar arriba ya diluviaba. Después de ir de porche en porche, llegamos al  Bar de la estación de esquí en la que estábamos y nos cobijamos allí dentro para esperar que amainara un poco.  Mientras hacíamos tiempo fuimos comiendo y bebiendo servidos por un Tiroles con acento yankee hasta que recibimos una llamada del Randino. Éste,  en un tiempo  record de una hora y pico, había encontrado una tienda de bicis, había comprado una rueda nueva a la que puso sus discos y cubierta, había empaquetado su rueda y la había enviado por correo a Mallorca.  Pese a que ya llevamos  bastante retraso optamos por esperarle. Como teníamos una nueva subida bastante larga, vp, miky y salvador iniciaron la marcha mientras  los demás obligábamos al Randino a comer también en un tiempo record  un plato de pasta. Dos horas más tarde de haber entrado en el bar el grupo de cola reiniciamos la marcha y tras bajar unos km por asfalto, obviando alguna senda que se veía al lado,  iniciamos la ascensión hacia el collado de salzachjoch, frontera entre las provincias de Salzburgo y Tirol. 
Había parado de llover, pero se veía como el cielo se iba oscureciendo y cargando para una nueva envestida. A media subida por una magnifica pista de nuevo nos encontramos con una nueva señal de prohibido circular en bici,  pero como en ese momento no estábamos para historias y además no teníamos otra alternativa continuamos para arriba sin entender muy bien porque nos vetaban el paso. Llegamos al collado y de nuevo las dichosas señalitas nos recordaban que no éramos bienvenidos, en ese punto el track abandonaba la pista y discurría por una senda, por lo que rol, alas el sendi, se puso todo nervioso ya que estaba ávido de trialeras.   Pero tal como estaba el tiempo el consejo de sabios se reunió y decidió que era más sensato  bajar por pista y dejar al  sendi que  se desahogara bajando por la trialera ya que al final los dos caminos se juntaban de nuevo. Así partimos pista para abajo hasta que al pasar junto a una granja, vimos salir a un payes que nos gritaba “ Isaac Stern”  o algo similar. La verdad es que no llegamos a saber si estaba enfadado o no, le enseñamos el mapa y nos dijo que tiraramos para abajo. Al llegar al punto en donde debía aparecer Rol, este apareció con cara de felicidad, aunque nos explico que había adelantado a la avanzadilla de Vp, salva i miky que evidentemente, como no tenían mapa, habían seguido el track a pies juntillas. 
Al parecer, no habían disfrutado tanto como rol del sendero, ya que éste era algo técnico y se había convertido en una torrentera en la que no se sabía muy bien que se escondía bajo el agua. Reagrupados todos de nuevo continuamos el descenso al mismo tiempo que empezaba a diluviar. En pocos kilómetros íbamos  totalmente empapados así que sin pensarlo ni un minuto abandonamos el track que nos llevaba de nuevo montaña arriba y tiramos valle abajo. Era preferible rodear la cordillera que nos separaba del punto de destino que cruzarla por encima. Así siguiendo las indicaciones que este narrador había memorizado en el Bar cuando esperábamos el Randino por si teníamos que hacer una retirada, conseguimos llegar a nuestro albergue o lo que fuera.  El gasthof era una especie de pensión solitaria regentada por una amable Señora que creo que lo gestionaba solo ella.
Nos duchamos y pusimos toda la ropa colgada delante la estufa que encendió a propósito.  Tras una cena entrañable en el comedor convertido en hermosa lavanderia, nos desplazamos al granero de la casa en el que teníamos las bicis.Tras secarlas y engrasarlas un poco, asistimos a una autentica operación a corazón abierto de la bici de salvador en un intento desesperado de arreglar alguno de los muchos males que padecía. Tras cambiar los cables ultralight por cables normales de toda la vida el cambio empezó a funcionar algo, evidentemente el radio roto y la suspensión atrofiada necesitaban de un quirófano con mayor instrumental por lo que los dejamos tal cual.
Como ya no teníamos nada mejor que hacer,  tras una nueva tertulia entre ropa colgada nos fuimos a dormir esperando que en algún momento parara de llover. 76 km y 1250 mt de desnivel y mucha lluvia…



martes, 19 de agosto de 2014

ALPS 2014. HOHE TAUERN o TOUR GROSSVENEDIGER. I.

TRASLADO Y 1ª ETAPA. CAMPO TURES –KRIMMLER TAUERNHAUS.

“Yo  no envié mis naves a luchar contra las tempestades. Doy gracias a Dios de que me haya dejado recursos para soportar tal pérdida: y no creo importe mucho que nos hayan cortado las ramas con tal de que quede el árbol de donde han salido y puedan salir otras”.   (Felipe II)


Por fin llego el ansiado viaje del verano, principal objetivo de la temporada para muchos sectarios . Este año teníamos la intención de  rodar por tierras Austriacas ya que era una zona por la que solo habíamos transitado cuando realizamos  las dos TransAlps que hemos hecho. Pero, aparte de tener clara la zona, no teníamos nada predeterminado. Iniciamos la búsqueda de algún recorrido circular de unos cuantos días. La tarea no fue fácil, al igual que toda  la organización del viaje. Así  empezamos a hacer las reservas tarde por lo que no había manera de encontrar alojamiento por lo que el recorrido se iba adaptando según las ubicaciones en donde encontrábamos cobijo. Al final conseguimos cerrar toda la vuelta, pero las descompensaciones, los tracks modificados y sobre todo el tiempo infernal que nos toco, hizo peligrar seriamente la expedición.
Sábado 9 Agosto, 12:00, diez sectarios: Rol, Andreu, Yerar, Bigel, Pietro, Vp, Salvador, Miky, Randino y mapes nos concentramos en el aeropuerto de Palma. Como siempre  en ese momento todo eran risas y ganas de partir.  Así Embarcamos sin problemas y volamos en vuelo directo hasta Milan Malpensa. Allí al recoger el equipaje, la caja de este narrador apareció totalmente abierta y machacada, tras un revisión superficial, parecía que solo había sufrido la caja y como no íbamos nada sobrados de tiempo iniciamos la operación Morini (rent a car).
Un año más, nos vinieron a buscar y nos trasladaron a la nave perdida en medio del bosque aunque esta vez ya no nos sorprendió ni preocupó la tenebrosa ubicación. También como cada año la furgo fue ocupada inmediatamente por yerar, el randino y bigel, mientras los demás nos distribuíamos en los flamantes pandas. Iniciamos la marcha rumbo a san Sigismundo el lugar en  donde dormíamos y que tristemente estaba a unos 400 km de Malpensa  y a unos 35 km del punto de partida de la ruta por lo que esa noche aun no podíamos montar las bicis. De todos modos a la hora que llegamos, tampoco era momento para ponerse a abrir cajas, ya que entre una parada que hicimos para tomar un panini en una área de servicio infecta en la que las moscas revoloteaban y criaban entre los alimentos y la pifiada de pasarnos la salida correcta de la autopista que  implicó llegar hasta la mismísima frontera con Austria,  llegamos a la pensión Pichler (picha para nosotros) casi a las doce. Nos repartimos en las habitaciones y en silencio nos fuimos  dormir  ya que había que madrugar.
Domingo 10 de Agosto.
Amaneció con un cielo bastante nublado, pero no llovía, así que después de desayunar montamos de nuevo en los coches y nos dirigimos hacia Campo di Tures y de allí hasta el lugar donde teníamos que dormir el ultimo día y que estaba perdido en medio de las montañas. Tras pedir permiso para poder dejarles nuestro parking de vehículos iniciamos la operación montaje de bicis, gracias a Dios,  la bici de este narrador no había sufrido ningún percance, por lo que no hubo mayor problema. El montaje de la bici ya se ha convertido en un ritual anual en el que como siempre también nos picamos para ver quién es el más rápido en estas lides. Este año no sé quien ganó, pero cuando todos estábamos a punto para partir aun había uno que  iba vestido de paisano…
Iniciamos el descenso hacia Campo di Tures y se suponía que todos teníamos el mismo track, pero pasó lo que tenía que pasar, bigel, pere y salvador no tenían track y  vp tenia,  pero lo había creado su gps no se sabe muy bien en base a qué. Así nos pasamos el primer desvió que se suponía era un sendero por el bosque  y continuamos por asfalto hasta que nos reagrupamos de nuevo y nos dimos cuenta de que íbamos siguiendo a Vp por un track erróneo. Pese a que este narrador ya había avisado con tiempo y pedido a los usuarios de GPS que revisasen los recorridos para ver si les hacían rectas o había fallos, como siempre nadie miro nada. Al final el único GPS que marcaba el buen camino era el de este narrador que fue incapaz de controlar a los descenders que se tiraron por la primera senda con indicaciones de Campo di Tures.
Así acabamos bajando por la máxima pendiente obviando el camino que  se había trazado  para así  sendear un poco mas y pasar por el magnífico castillo de Tures. Ya junto al rio, no se sabe muy bien porque, los GPS ciegos vieron la luz y ya sin más iniciamos el ascenso por “ la vall Aurina” por caminos y algún senderillo junto al rio durante unos 16 km hasta que llegamos a San Giacomo. Allí  nos paramos a comer algo antes de la gran subida y como ya es habitual en sus elecciones Pietro triunfo pidiendo unos macarrones “pastora” que le acompañaron durante toda la subida.
Reiniciamos la marcha y tras unos 4km de buen rollo empezó la  gran subida. Primero por asfalto y luego por pista, así en 4km subimos de golpe 600 mt situándonos  en la cota 2000 sobre la que  después estuvimos rodando unos 12 km con leves subidas y bajadas. Las vistas eran impresionantes y parecía que todo iba bien si no fuera porque ya eran las 16,30 cuando se terminó la pista y aun nos quedaba un largo, muy largo, pateo de unos 3 km. Después de una hora y media y tras varias paradas al final coronamos el famoso  “Krimmler Tauern”. 
Parecía que todo ya estaba hecho pero tal como imaginábamos la bajada no era ningún regalo y pese a que Rol seguramente montó un 95 % del recorrido, el resto de los mortales tuvimos que patear en bastantes trozos. Como no había pérdida posible, enviamos a los mas rápidos hacia el refugio para que avisaran de que llegaríamos más tarde. Así el grupo se fue disgregando y cada uno fue llegando como pudo.
En el refugio se apiadaron de nosotros y no hubo problemas para cenar más tarde de lo habitual por lo que tras una buena ducha cenamos magníficamente mientras comentábamos la etapa del día.  Para algunos, pese al pateo, la etapa cumplió ampliamente nuestras expectativas, ya que los paisajes y lugares por los que fuimos compensaban ampliamente el sacrificio, otros consideraban que aquello no era mountainbike, ya que ni la subida ni la bajada eran rodadoras, pero si siguiéramos este razonamiento  tendríamos que admitir que el Iron Bike o la TransAlp  (que en concreto ha pasado por allí alguna vez) no son carreras de mountain bike.
Tras unos breves estiramientos en el porche del albergue nos fuimos a dormir preocupados por las previsiones meteorológicas del próximo día ya que estas  no pintaban muy bien.  61 km y 2320 mt de desnivel.