Este blog pretende ser el diario resumen de las salidas y viajes de sectamtb
Un grupo de mtbikers de Mallorca.

lunes, 6 de febrero de 2012

LA GRAN NEVADA sb4feb

Imposible definir con palabras las sensaciones vividas este sábado. Imposible reflejar en imágenes lo que vimos y sentimos.
7, 30. Llamadas, washaps… nieva en Palma, hace un frío tremendo, esto puede ser un infierno… o puede ser lo nunca visto. Al final, todos los convocados menos miky. Presentes: Los hermanos Masca, Jonander, Jeroni, Bigel, Frenando, Marc, Pietro i Mapes



8,30. Con algo de retraso iniciamos la marcha, nunca habíamos salido de casa con nieve, nunca habíamos quedado en donde siempre a 1º de temperatura.
Llegamos a son Macià y todo había cambiado. El paisaje se había transformado completamente y un gran silencio lo llenaba todo, solo el crujir de las bicis sobre la nieve y el vaho intenso de nuestros cuerpos perturbaba aquella inmensidad.



Por son veri el frío empezó a minar a los que iban menos equipados y las manos de los hermanos Masca debían ser muñones insensibles.
Entre la Cabaneta i Portol, el cielo se tornó gris plomizo dando paso a una ligera nevada que convertía “ses clotes” en un paisaje agrícola de Centroeuropa.



Llegamos al cami d’Olessa en donde habíamos quedado con los del raiguer. Al final aparecieron Yerar i Anton. Raul no pudo venir, ya que, con la que había caído por la noche, había tenido que ir a trabajar.
En el sendero de Son Segui parecíamos bikers nórdicos abriendo camino sobre la nieve virgen, mientras los arbustos nos rebozaban de blanco.
Ses Coves i Puig de santa Eugenia al que subimos ya que no podíamos perdernos la visión, seguramente irrepetible, de todo el raiguer nevado. La bajada hacia el pinar del senyor fue mas fácil de lo que nos pensábamos ya que la nieve patinaba menos que el limo que cubre el senderillo en invierno.



Llegamos a son mascaro y de allí cruzamos todos los campos de viñas hasta Binisalem. En este tramo, al salir el sol, fuimos cambiando el blanco por el marrón del barro semi helado.
En Banyols de nuevo quedamos sorprendidos al ver el valle de Alaro transformado en un autentico rincón Pirenaico. A lo lejos, como telón de fondo, aparecía el Puig major cubierto de grises nubarrones, enmarcado por los puigs del Castillo y de Alcadena que parecían el portal de acceso al infierno.

Era tarde y el frío había hecho que nuestras calderas quemasen más de lo normal, así que antes de adentrarnos en la sierra cargamos combustible en el bar la granja. Mientras merendábamos, apareció micot, que previamente había intentado robarnos algunas bicis.



Reiniciamos la marcha y una vez sorteados los coches de la avalancha humana de gente que se había desplazado hasta el pueblo para tocar la nieve nos dirigimos al “cami vell d’orient”. Poco a poco, el grosor de nieve iba en aumento. En Solleric, al desviarnos hacia la carretera, abrimos camino de nuevo sobre la nieve virgen y pudimos comprobar que había un grosor de mas de 20 cm. Al llegar a la carretera general, gracias a Dios, había pasado el quitanieves por lo que de nuevo pudimos rodar cómodamente hasta el desvío del castillo. Pietro, Yerar y Anton decidieron subir a éste ya que no querían ir hacia Bunyola. Como era de suponer se encontraron tanta nieve que lo subieron todo a pie. El resto continuamos hacia Orient.



Pasado el pueblo, ya no había quitanieves y solo quedaba la rodadura de algún coche por lo que el pedalear se hizo lento, duro y con algún que otro patinazo. Tras coronar el coll de honor nos abrigamos aun más de lo que íbamos e iniciamos el descenso por la carretera que estaba medio limpia ya que por allí si que habían pasado las maquinas. Al llegar a Bunyola, el pueblo también parecía una postal Alpina.



Era tarde y aun había que llegar a Palma, pero decidimos continuar la ruta prevista por lo que nos dirigimos hacia el camino de Raixa. Allí, los árboles estaban cargados de nieve, así que al pasar provocábamos pequeños aludes que caían encima de nosotros. Todo era perfecto i divertido, hasta que llegamos a la zona de los grandes charcos que hoy parecían lagos, así que pasó lo que tenia que pasar, acabamos metiendo el pie en las heladas aguas. A partir de este momento, el regreso se convirtio en un pequeño suplicio, por lo que pusimos la directa hacia “Pasatemps” sin poder disfrutar de su imagen insólita. Al fin Palma. “home sweet home”.
Nunca habíamos hecho 80 km sobre nieve. Nunca habíamos visto nuestra isla cubierta de blanco. Seguramente recordaremos este sábado toda la vida. Para nuestra generación éste será “S’any de sa neu”
80 km, 5h rodando y 1000 mt de desnivel.

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