LA BATALLA DE PANCARITATOR.(2ª version)

pancaritats segun galera.

Año 1500 a.C, diferentes naves zarpan con rumbo cierto pero destino incierto. Las diferentes tácticas creyéndose certeras, perdieron nada más zarpar, no sabían que dos de ellas zarparon antes que el sol.
Petros Salitrator y Galeratis remaron hacia Manacoris con la victoria escrita en sus remos.
Las legiones de Magpskatis encallaban en el templo-bar brindando con ambrosia la victoria que solo existía dentro de sus cascos. La horda salvaje de Zeuscilio, Bihelnagkis, Franciuskos y Vikenteros llegaron acabada la conquista de Manacoris. Tiannotis y Randinakos especialmente éste último hicieron de mercenarios acoplándose al fascia sectaria. Esperaron y jugaron al despiste para retirarse con buen botín.
Ahora vencedores y vencidos fuimos a la conquista del Pancaritator, verdad o leyenda que cada año nos llama como canto de sirena. Al primer abordaje Petros Salitrator y Galeratis humeaban de proa y popa, la epopeya será dura y sangrienta, con media sonrisa en las fauces y sus envidias Magpskatis hará que las heridas sangren más.

Así caen ermitas como naves, Vikenteros Planeator, como Icaro quiso volar, hace que sus frenos de seda y mirra se incendien y fundan al igual que el sol fundió la cera de las alas de Ícaro. Enviado a la fragua de Helium es allí torturado y asado. Su alma errante aulla en la garriga de cala pinotis.

El terreno es espectacular la navegación perfecta. La humareda en la cola nos delata. Está allí,,todos lo vemos pero callamos, la acrópolis de Son Salvatorinakos, nos espera

Petros y Galeratis tienen un nuevo amigo en su hoguera particular, Antonos Hoyatros, lucha vencido como pasto de nuestras llamas. Sangre, sudor, esputos caen como una cascada por las trialeras, pero al final alanceamos y decapitamos al dragón de San Timoner. Buena bajada festejando la victoria hace que los más confiados o listos, ante un desvío vayan a puerto a repostar. Los valiente humeantes y los atizadores de hogueras se marcan una bonita victoria en el calvario. Vino y bueyes almizcleros asados para todos. Algunos apagan sus fuegos y otros
llenan las bodegas. Zarpamos de nuevo.

Destino al océano infinito viento a favor, estrecho de Son Meskida, mangas de mar varias, punto en que Randinakos marcha con buen botín de guerra (nuestras pupilas lo fulminan viéndolo alejarse en el horizonte), como siempre que viene. Le gustan las guerras ganadas de antemano.
Tiannotis es atrapado por un calamar gigante y retuerce el timón, intenta con una maza matar nave y calamar, pero le hacemos desistir, la bestia asiente, todo arreglado. Las naves están ya siendo pasto de las llamas y el escorbuto, Montikion espera con sus bárbaros argonautas-descenders desviándonos del camino.

La recta final nos despide de Tiannotis y Zeuscilio que ni huele a humo ni a sangre. La armada salitrada, pestilente y hambrienta pone rumbo a la polis. Paramos en el oráculo de Ca’n Rigganos con el sumo sacerdote fumándose una caja de puros entera, a celebrar la dura pero merecida victoria de todos. ¡¡PANCARITATOR ES NUESTRO!!

La sangre, la ceniza de algunos servirá para que en futuras guerras transcatalónicas la Secta sea temida.
157km y 1879m de miseria y sal.