LA BICICLETA NACIONAL

LA BICICLETA NACIONAL.

- “Ring , ring , ring”-
-si dígame?-
-José María Pemán. Soy Francisco, Francisco Franco.
-Glubs! Si, ejem eh! Dígame, su , su , ilustrísima vuesencia, eh, eh, Arriba España! -
-No estarías cagando José María?
-No , eh, no, (prrrrrt, ffffff).
Verás hoy me siento vigoroso y con ganas de que me escribas algo sobre ciclismo, si del rancio y con olor a naftalina. Creo que por Mallorca, si en las islas Baleares algo encontrarás.
-Tira de contactos  para inspirarte, creo que el gobernador civil tiene un nieto, un poco rarito que le va lo de la bici.
- Si mi señoría, creo que me inspiraré. Arriba! Arriba España (prrrttt, pfff).

Medio adormilado despierto a los envites de un comandante que paracaídas en mano me abre la puerta y me señala amablemente que sobrevolamos el destino.
-cómo!!! No puede ser me prometieron ser agasajado por los patriotas insulares!!
-Lo siento Don José Maria son ordenes de Carrero aquí abajo no son de fiar.
-Nooooooooooooooo!!
Mi corazón patrio acelerado a ritmo legionario cae en barrena hacia uno de los suburbios de la ciudad.
Medio abigarrado entre una nube de polvo, me levanto, he caído en un huerto sito en el patio trasero de una casa de un barrio obrero. Me incorporo y sacudo el polvo de mí cuerpo respiro hondo y siento aire puro atravesando mis pulmones, huele a España y eso da vida.

Alguien sale corriendo de la casa con un lápiz en la mano y un mapa en la otra, huele a café, el color cetrino de su tez delata encierro y castidad. Brazo derecho en alto titubeante vocifera un -”arriba España”- con un claro acento insular. Me siento protegido y agasajado por madre y tías me repongo del sobresalto nunca mejor dicho. Después de una sobremesa de mesa camilla, el joven llamado Miguel me enseña un gallinero en el cual colecciona soldaditos de plomo, libros de aventuras y el muy pillín alguna revista de cuplés. Veo entre telarañas defecaciones de paloma y alguna bandera curtida en mil batallas. Una magnífica bicicleta de fabricación nacional; -una Zeleris-, exclama  a través de la mueca prisionera en sus finos labios.
Es el destino divino, es el auréa de Franco? En un arrebato de pasión cegado por mi prohibido fuego interno que nunca se apaga, me lanzo a la caza de sus encantos. -Lo siento, lo siento murmuro mirando el vacío de su rechazo.
Una vez calmado , le expongo mi misión que no es otra que la búsqueda de inspiración para un relato ciclista , encargado por el salvador del fuego infernal del comunismo amenazador.
Es mi última ocasión, estoy en la cuerda floja de la inspiración . Jovenzuelos Acuden a palacio del Pardo en busqueda de proyección universal. Yo solo soy como un viejo proyector emitiendo la misma película día si día también.
Creo en Dios, creo en la supremacía de la raza española, ahora mismote arrancaría el corazón para salir con cuatro líneas que al pobre caudillo dieran emoción. El destino me ha llevado hasta aquí y mi musa se llamará Miguel. Le expongo la idea y me propone que nada mejor que una salida con su cuadrilla. Me hace entrega de una magnífica Minaco símbolo de la industria insular. Maillot de lana, pantalón corto de lino y zapatos de piel con suela de madera, listos para triunfar.

Aquella noche previo llamar a un compañero, el cual parece que no es de fiar, vamos que no sigue las directrices del movimiento, enfocan aproximadamente la ruta. Llega el momento de descansar y ya en su habitación espartana  los dos en un mínimo catre dejamos apagar la vela para que la oscuridad de la noche arrope nuestros apretados cuerpos …

Batalla campal, sabanas rasgadas cabelleras enmarañadas ambiente cargado miradas esquivas, dan el buenos días.
-Es tarde nos esperan- es momento de inspiración. Sin respiro alguno entre alcantarillas tranvías, y carruajes que vienen del puerto nos dirigimos hacia las afueras cerca de la prisión provincial.  Allí nos esperan el resto del grupo.
Embelesado ante tanto adonis veo el garante del horizonte ibérico.
Somos unos cuantos, faltan primeras espadas, un doctor en su segunda juventud conocedor de los secretos de los ciclistas belgas y un tal Jerónimo tan humilde cómo humano que esta convaleciente en la clínica del doctor,…
El resto: Gabriel José, artista de cine alto rubio y ojos azules ; ario nacional.
Antonio Tornero grácil  e infinito, Luís Alonso, ojito con éste me ha dicho mi Miguel que por las noches confabula y se reúne clandestinamente, Salvador el yerno que todo padre de familia cristiana querría tener, alto , noble, y bien posicionado, Pedro Juan  misericorde en toda regla maestro dócil,

Francisco el salmantino defensor de la bandera nacional, Andrés Aznar gran linaje y complaciente, Juan Andrés Campeón multidisciplina en ultramar, y del at. De Bilbao. Juan Sebastián el otro posible agente de PCE, nada de fiar. Y él Miguel el dibujante de mi pasión.
Hoy buscaremos aventuras en la zona de la llanura mallorquina trillada en su historia por civilizaciones que sembraron la isla unos de miseria y otros de santidad. Incluiríamos dos subidas para flagelar el pecado inmisericorde que nos crece en el alma  y visitar lugares de culto cuna de la razón y también del cáncer nacional  diáspora de la unidad española. Gracias beato, gracias, en el infierno estés ardiendo. La loma de Randa y la montaña de Cura.
Nos dirigimos hacia San Jorge y la Casa Blanca, recogiendo a unos miembros de la cuadrilla; Don Gerardo esclavo del trabajo y virtuoso del pedal sin esforzarse la humillación receta. Y Raúl un toro de lidia digno del mejor cartel.

Cuerpos sudorosos, glúteos acompasados revientan la bruma del páramo,. Yo cierro los ojos al pecado carnal que graba a fuego lento mi mas oscura pasión. Son binissalom  y son Mandivia se cuadran al paso triunfal del grupo dirigido por el gran capitán. El cuerpo del grupo se estira chascan los cambios,  cadenas y piedras cobran vida. Como en el campo de batalla la victoria espera una mano que agarre su bandera. Veo rencillas en el grupo odios innatos Luis ritmo frenético busca el abismo se gira y busca aprobación mientras odio los demás disparan. Yo me limito a respirar el aliento de mi inspiración mientras la novedad y la indecisión corretean por las comunas de Algaida, el grupo se rompe se pierde en la arboleda.
Nos rezagamos mi cicerone bravo demuestra calentura. Acalorados y desaliñados llegamos al resto del grupo perdidos en la tierra comunal, nos miran buscando respuesta, Miguel no atiende razón ronca su corazón. Observo rencillas envidias y duelos inacabados forman parte de sus vidas.
Ya sin nada en el zurrón y bajo lluvia finas, rumbo a s’Heretat. Carreteras desiertas nos dejan en la aldea de Randa.

Caras frescas caras enjutas , caras sumisas y caras falsas. No me fío de los dos gañanes, mandaré un informe al CESED para que les inviten a unas copas de ricino a ver si aprenden a obedecer. El gran Capitán Miguel se sienta a mi lado, muslo contra muslo, antebrazos que se rozan. Los otros ajenos engullen vino , mascan jamón y lamen queso, se nota la provincia.
Llegado el momento de ponerse en marcha veo que hay algunos que se nos separan; el vasco y el sospechoso instigador. Se van controlados por el buen hacer de nuestro guerrero español. Miguel no dejes impune la sublevación mano dura necesita la nación.

Las cartas sobre la mesa.
Se acabó la narración. He caído en una trampa entre gente sin razón. Desobediencia civil, nadie hace caso al gran capitán. Por el mataré si hace falta. Mi revolver de señorita que siempre me acompaña se me clava en la espalda, no entiendo nada, hablan en catalán aquí llamado mallorquín me siento amenazado reniegan de su bandera y mañana no irán a misa. Ahora entiendo al comandante de la aeronave y las indicaciones de Carrero Blanco, no son de fiar retumbaba en mi pecho jadeante. -Miguel! Espérame, no me dejes-, le imploraba mientras subimos a pie la loma de Randa unas veces montando otras andando , la belleza del camino aereo,en muchos momentos me veo despeñado como mártir nacional. La envidia desatada por el robo de un corazón y el miedo de este a que se descubra el pastel hace que , el ritmo se dispare , el camino de subida hacia cura se estrangula y me ahoga, el artista de cine me susurra al oído veneno mientras me saca de camino a golpe de manillar.

Un grupo de compañeros de estos , en bici de competición, hacen aparición y demoran mi sentencia. Miguel no te veo estoy rodeado, no entiendo nada de lo que dicen estos bárbaros sarracenos, sollozo entre babas con las gafas empañadas, creo que hablan de hacerme bajar por un risco mortal hacia Aubenyà. Me empujan zarandean flagelan con espino, quieren a su líder para si mismos. Juan Sebastián me guiña el ojo; es la firma de la sentencia. La ruta prosigue, la secta que me dicen que así se llaman, me prepara el patibulo, El ya no me mira, me he roto, un juguete menos en el estante.

Los otros me pisotean camino de son coll , el camí de la pau de castellitx nos conduce hacia la ermita , esto es tierra de venganzas, no se por que si durante la contienda nos portamos bien … oigo hablar a uno de ellos en ruso o catalán  seguro que es Luís Alonso conocido por los servicios secretos como “tiburón”. Se paran creo que llego el fin, o no parece que hay avería; una cadena que pende de un hilo como mi vida, mi equipo de transmisiones no responde la humedad de la isla lo ha podrido como a sus almas. Salvador haz honor a tu nombre y antepasados y ten compasión , tu no puedes ser uno de ellos, yo solo perseguía inspiración para mi “pluma”.
Cementerio de Algaida , puertas abiertas me niego a acabar aquí.
                     Padre nuestro que estás en los cielos,
                     Santificado sea tu nombre,….
Cierro los ojos la grava de la pista se me clava en las rodillas, el cerrojo del arma me quita media vida.
 Lluvia, no muero, respiro, la cara mojada, abro los ojos ya no hay nadie. Unas tijeras en el suelo y un escupitajo. La lluvia cae y la secta se dirige a su guarida, no quieren a nadie ni a la lluvia. Los de pueblo a su pueblo, el bondadoso Pedro abandonado en un camino y el resto cayendo hacia la ciudad que no es de fiar.

-Me oye José María?-
-Está usted bien?-
-Ya hemos llegado al aeropuerto de Palma de Mallorca, y el gobernador civil ; el ilustrísimo D. Miguel Mapes le espera-.

73 km 975 mt de desnivel