La receta es sencilla, en primer lugar hay que escoger el
día. Cualquier tarde de este caluroso verano y partir entre las 4 y las 5 de la
tarde, nos puede valer.
En segundo lugar escoger una fuerte subida nada más empezar,
la subida desde Sóller a Monnaber puede estar bien, además tiene
la gran ventaja de que apenas hay sombra y los sectarios pueden ir desalándose
poco a poco y horneándose bien por todos los lados.
Tuvimos además la suerte de que era un día sin viento y con
mucha humedad, lo que nos dejó más secos y tostaditos.
En tercer lugar buscar un itinerario bonito con un paisaje
que los distraiga y que no perciban lo petados que van. Los Binis y Sa costera son
perfectos para ello.
Y en cuarto lugar y más importante, para que se queden bien
desalados es importante que no beban nada de agua, dejar que se evapore la que
llevan y que muy lentamente se vayan cociendo al horno….
A las 6:00 coronamos Monnaber, tardamos más de una hora en
hacer 10km, eso sí con un desnivel acumulado de 800m. Fue un infierno calor y
sudor a raudales, basta con decir que escurrí los guantes tres veces en la subida
(imaginaros Biel). Mapes en un momento
fugaz de cordura planteo la retirada, pero los demás estábamos calentitos y con
ganas de marcha, así que nos tiramos hacia los Binis.
Pagamos el peaje de tan bellas vistas, propias de la “tierra
media” con fuertes subidas, alternadas con porteos que hacen que los sectarios
vayan perdiendo el poco líquido que les quedaba. En lo alto el Puig Maior nos
vigila en nuestra penuria.
Llegamos al Coll des cards collers y comprobamos que la fuente Subauma del torrent des Gorg, no
gotea, Toni, Biel y Mapes optan por no
repostar agua estancada y yo que estaba a cero de camel y cero de bidón, soy menos escrupuloso y relleno mi minibidón de 500ml.
Continuamos marcha y
toca bajada técnica que nos lleva al asfalto y al Coll des reis 682m.
Antes de bajar Sa
calobra vemos el bar de debajo del puente que está a punto de cerrar, pero
confiamos en que Se vergeret de Cala tuent
estará abierto….
Error, estaba cerrado. Y allí estábamos metidos en el agujero con toda
la Sa Costera por delante. El agua hace tiempo que se nos acabó y todos estamos
bastante tocados. Mapes víctima de un espejismo o de un lejano recuerdo para en
cala tuent y baja a buscar una fuente, vuelve al rato, sin nada. . Desolados volvemos a coger
el GR que nos lleve a Sa costera, con la mirada pérdida, encaramos las rampas
de tierra hasta llegar a la muralla de piedra que custodia el inicio de una de
las zonas más bellas de Mallorca.
A pesar del cansancio es todo un espectáculo contemplar Sa costera bañada con la luz del
atardecer, el mar en calma con un inmenso azul, enmarca esta maravilla de la
naturaleza. Otra cosa es el camino plagado de piedras y en sentido de subida,
lo hace mucho más duro, y más cuando llevamos un buen rato sin agua y con un
desgaste físico importante.
Cada uno a su ritmo va haciendo el recorrido, el
agua estancada se convierte en un tesoro y lo comparto con Mapes que es con el
que más coincido en el camino. Los tramos de costa y piedras se transformar en
rampas duras oscuras y exigente que nos conducen al Coll de Biniamar.
Allí llegamos exhaustos y sin una gota de agua,
tres sectarios petados. Pero, pasan los minutos y falta Biel, me bajo sin bici
a buscarlo, y lo encuentro con la cabeza hundida arrastrando su montura, me
ofrezco a llevarle la bici, pero al poco me la reclama ya que la usa como
muleta para subir, aparte de petado, el pobre, tiene mal cuerpo, le duelo el
estómago y tiene nauseas, a falta de unos metros para llegar al coll se para y
se queda sentado en el suelo para recuperar fuerzas.
Al ver que no subimos,
acuden Mapes y toni a ver que pasa y tras evaluar la situación. Se decide que Toni se vaya
adelantando, llegue al coche y nos recoja lo antes que pueda, y que yo baje a Balitx a por agua y la traiga, y Mapes se queda con Biel.
Salimos ya en la oscuridad de la
noche, con los focos puestos, y yo tras llegar a Balitx y repostar agua me
encuentro en breve a Mapes y Biel, que ya más recuperado habían podido bajar
sin mucha demora. El agua es como un bálsamo para nuestra petada y todos
recuperamos fuerzas.
Mapes que también llevaba coche parte en solitario hacia
Soller y yo me quedo con Biel. Alumbrado con mi foco en una noche oscura
subimos poco a poco por la pista de tierra y recibimos la llamada de Toni que
ya ha llegado a su coche y nos propone esperarnos en el Mirador de Ses Barques
y así evitarnos unos pestosos kilómetros a Soller.
Todo iba bien hasta que se
me acabo la luz del foco chino, en total oscuridad tuve que tirar de linterna
de móvil en los últimos kilómetros para llegar a nuestro destino. Donde
llegamos cerca de las 23:00 unas coca cola y una shandy fueron nuestra triste
cena, en breve llego Toni y fuimos a Soller donde esperaba Mapes. Y todos
juntitos volvimos a nuestras casas sin cenar y con una buena paliza encima.
4 comentarios:
Buena crónica Fran, estilo académico. Curioso, la leo ahora y no me trae mal recuerdo .
El tiempo endulza los recuerdos
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