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Mapa de la vuelta, realizada por VP a vuela-pluma en mantel-servilleta |
Como todo mes de Noviembre tocaba la salida otoñal, el año pasado toco Mallorca y este año tocaba la hermana pequeña “Ibiza”. VP, Biel, Salva y yo seríamos los únicos intrépidos sectarios que se embarcarían en esta aventura. Quede a las 6:40 con mi vecino-Biel para bajar rodando, tocaba madrugar ya que teníamos que coger el barco de las 8:00. A la altura del paseo marítimo nos encontramos con los efectos de la noche de halloween; basura a doquier y borrachos disfrazados, que caminaban como walking deads por el carril bici, ya que al seguir la línea de puntos, podían andar casi en línea recta. En estas, estuvimos a punto de atropellar al conde drácula, y fuimos testigos de cómo el hombre lobo intentaba desesperado parar un taxi. En fin, cosas de la noche de halloween. A la llegada a la estación marítima, reunión de grupo con VP, y Salva y embarque. El trayecto fue rápido y tranquilo y a eso de las 10:30 estábamos en Ibiza.
Antes de empezar nuestra aventura nos quitamos un peso de encima, ya que gracias a un contacto de VP de la vuelta a Ibiza, que por la módica cantidad de 75 euros portearía nuestras mochilas a los diferentes puntos del recorrido.
El primer día de vuelta discurre por el interior de la isla y se contemplan paisajes de interior, con numerosas muestras de sus típicas iglesias, pequeñas y blancas que quedan enmarcadas por el azul de Ibiza.
Iglesia de San Rafael |
Las pistas de esta etapa son bastante fáciles y las subidas cortas (ideales para iniciarse en el mtb), por lo que no tuvimos que poner pie a tierra, lo único que añadió un poco de picante a este primer día fue el track que seguíamos, algo anticuado e impreciso, que nos forzaba a estar atentos e interpretar sus designios.
El viaje trascurre por la Ibiza más rural, pasando por pistas de tierra, bosques de pinos y algunas trialeras cortas e intensas, que nos llevaron casi sin darnos cuenta a Santa Gertrudis de Fruitera. Un pueblo con encanto que se encuentra en el centro geográfico de Ibiza. Allí, seducidos por el calor de una de sus muchas terrazas, (desestimamos la opción pan boli aconsejada por Andreu), y tomamos la opción paella de marisco, acompañada con una ración mejillones y del repetitivo pan con alioli, dando paso al inicio del gasto desenfrenado de nuestro tour gastronómico. La paella fue regada con unas cervezas, y acompañadas por unos buenos postres, había que hacer tiempo y que mejor que gastarlo en comer bien y con buena compañía.
Además como distracción-espectáculo, teníamos los clientes del restaurante, la mayoría extranjeros y de los que no supimos con certeza si estaban disfrazados o vestían así, y si estaban bajo los efectos de diversas sustancias o era sus forma normal de comportarse, “Ibiza is different”. Con las pilas cargadas iniciamos la marcha, el recorrido que nos quedaba transcurría por pistas de tierra y algo de carretera que nos llevaron casi sin darnos al final de la etapa llegando a uno de los municipios más importantes de la isla, Santa Eulària (Alojamiento en media pensión en hotel Duquesa por 46 Euros), ciudad abierta al mar, famosa por su río y por su puerto deportivo por el que accedimos con la luz del atardecer. Durante ese día y los siguientes sentimos el recuerdo de Toni muy cercano a nuestros corazones, la similitud de la situación; un viaje en mtb con amigos, con aquel tracks del volcans del mes de junio. Nos hacía volver a vivir ese último viaje en el que compartimos pedaladas, penurias, risas y cervezas.
Día 2 Santa Eulària- Sant Antoni 77km – 2.100m desnivel
La etapa más larga y dura del recorrido, pero con el encanto de poder disfrutar de la costa ibicenca. Tras un desayuno potente, salimos sin demora a las 9:00 rumbo a San Antoni.
Tras unos primeros kilómetros rodadores de interior, a la altura del km 14, nos espera una de las subidas más exigentes del recorrido el Puig del Teixidor (431m altura), pista rota arenosa con pendiente, y con el ingrediente extra de tuberías de plástico semienterradas, ideales para hacer patinar las ruedas.
El día está despejado y nos acompaña un Sol radiante que nos ilumina más de la cuenta durante la subida que unido a la dificultad de la pista, nos haría poner a todos los pies a tierra. El premio de ganar altura consiste en empezar a divisar las bellas costas ibicencas.
Puig del teixidor |
Luego vendría un recorrido por un bosque frondoso de pinos y la sorpresa de una vieja conocida de Mallorca “la valla”, algo que afortunadamente en Ibiza brilla por su ausencia y que todo amante de la naturaleza/mtb agradece.
Avanzando llegamos a una divertida trialera de subida que discurre por una zona quemada. Nos parece divertida y vistosa en esas condiciones, por lo que nos imaginamos la maravilla que debía de ser cuando transcurría en un bosque frondoso antes del inciendio.
Vamos perdiendo altura hasta llegar a Cala Portinatx, donde se inicia el típico sube y baja constante cercano a la costa. Con la referencia del faro del Moscarter, vamos avanzando en nuestro camino, y podemos disfrutar de la belleza salvaje de la costa norte, con sus acantilados e islotes enmarcados entre el mar y el horizonte.
Faro del Moscarter (el más alto de Baleares) |
Cala Albarca |
Enlazamos con la carretera y bajamos hasta Port de San Miquel donde paramos a comer. En esta ocasión teníamos prisa y no queríamos una comida sofisticada, lamentablemente el único restaurante que estaba abierto era uno especializado en pescado y marisco a pie de playa, y a pesar de pedir pechugas de pollo y unos postres salimos algo escaldados. Basta decir que la factura en agua para 4 personas, ascendió a 24 euros.
Reanudamos la marcha y alternamos tramos de costa desde donde divisamos Na xamena, con algunas trialeras de interior (Senda roca plana) realmente divertidas y técnicas en algunos tramos.
Luego vendría un poco de pista y llegada al destino final Sant Antoni de Portmany, ciudad famosa internacionalmente por sus magníficas puestas de sol mirando al oeste, hacia la bahía. Decidimos comprobarlo y nos dirigimos hacia el famoso Café del mar, donde pudimos disfrutar de este espectáculo natural.
El ritmo de la etapa fue bueno y homogéneo, casi todo el tiempo fuimos los cuatro mano a mano y no hubo averías ni caídas, que más se puede pedir?. Por último, nos dirigimos al Hotel Florencio, donde por un precio de 12 euros, pasamos la noche en un apartamento reformado y limpio de dos habitaciones, con una excelente relación calidad/precio. Dentro del tour gastronómico esta también era la noche reina y encargamos un bullit de peix en Can Pujol. Espectacular…….
Nos gusto tanto y acabamos tan llenos que come penitencia y para “estirar piernas” nos fuimos al hotel andando, y eran más de 5km….
3 comentarios:
quiero saber como dibujasteis ese track con tanta precision en la servilleta, aqui hay truco
MOLT BE!! BONA RUTA I MILLOR GASTRONOMIA... A MEM SA PROXIMA SI POT ESSER...
mapes,no hay trucos; manos de cirujano y memoria de médico
Andreu; gracias por can pujol, q descubrimiento
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