Jueves 1 de Mayo. Traslado .Palma -Ripoll
Nina,
Nina, Nina, sonaba estridente la alarma
mientras el gran portón de acero se abría lentamente. Había llegado el momento
del desembarco. Ocho sectarios: bigel, anton, pere, jet-roni, tia, Andreu, Joan
i mapes, nos disponíamos a conquistar un
trozo del Pirineo.
Atrás quedaban los nervios y preparativos durante las
semanas anteriores, atrás quedaban las siete horas y media de barco contando
anécdotas y comiendo para pasar el tiempo los magníficos bocatas preparados por
Andreu. Comenzaba un autentico viaje sectario, habíamos salido montando en bici
de casa y regresaríamos montando a ella. Ahora el primer objetivo era rodar un rato por Barcelona en un primero de
mayo reivindicativo. Así pronto estuvimos inmersos en una marea de gente que
deambulaba por todas partes mientras las sirenas de coches de policía nos
avisaban de que había movilizaciones por distintos puntos de la ciudad, por
suerte las Ramblas solo estaban tomadas por los guiris así que al final conseguimos
nuestro primer objetivo y nos refugiamos
bajo tierra a la espera de nuestro estimado y conocido tren de Puigcerdà. Los tiempos avanzan y los vagones ya nada
tienen que ver con aquellos antiguos de renfe con la calefacción debajo el
asiento y en los que nos habíamos cocido en más de una ocasión mientras el
Oriol de turno nos taladraba con sus historias mientras íbamos a las trans
catalunyas , meridians verds, etc etc.
Por contra hay que decir que el vagón de
bicis y skys de antes era más cómodo que
los escasos puntos actuales distribuidos por todo el tren. Así haciendo malabarismos conseguimos
distribuirnos en dos grupos de 4 y pasar
la hora y media que nos quedaba comiendo quelys como buenos mallorquines. Al
fin a las 10 de la noche llegamos a Ripoll. Al bajar, en la oscura y solitaria
estación, nos dimos cuenta de que no estaba lloviendo, estaba diluviando. Pero
como teníamos que llegar al Hotel y éste estaba en las afueras, empezamos
nuestra andada con los chubasqueros puestos. Con el culo bien mojado llegamos
al Hotel donde nos esperaban ya con la mesa preparada para la cena, hay que
reconocer que la gente de este establecimiento “Solana de Ter”, se enrollaron
mucho y todo fueron facilidades, tanto a la llegada como al regreso.
Tras
calentarnos un poco en la chimenea tomamos nuestro primer contacto con la
famosa “buti “ (butifarra ) plato que
nos acompañó como mínimo una vez al día durante todo el viaje y que consiguió
que tuviéramos las calderas bien cargadas con gases de explosión que utilizábamos en los grandes momentos.
Barriga llena nos fuimos a dormir mientras afuera seguía lloviendo.
Viernes
2 de Mayo. 1ª etapa. Ripoll – Camprodon.
Amanece
que no es poco y parece que las nubes han desaparecido, después de un copioso
desayuno iniciamos la marcha carretera abajo hasta que en una rotonda donde estaban
los “mossos d’escuadra” abandonamos el asfalto y la civilización. Cruzamos el Ter y empezamos a pedalear cuesta arriba, esa es la sensación general de este recorrido,
siempre subes y subes y subes... La peculiaridad del día era que las pistas por
la que subíamos si bien al principio tenían
algo de barro al final se
convirtieron en auténticos lodazales con
charcos que escondían pequeñas trampas mortales como en la que bigel cayo, para humillación suya y regodeo
contenido de algunos.
No obstante el paisaje era sencillamente fantástico, kilómetros y kilómetros de caminos por dentro de bosques de hayas y encinas sin barreras, ni prohibidos el paso, ni perros, ni payeses, ni cazadores amenazantes. Así pues fuimos avanzando en ese laberinto, ahora derecha, ahora izquierda siguiendo las indicaciones de Jet-ronic con su GPS atómico y ortopédico pero que nunca falla. Así pasamos por masías, (monsull, la serra, teixidó , etc ), ermitas ( sant Jaume, sant bartomeu ), un castillo (Castell de milany ) y gracias a la única pérdida importante por una “bauma” inmensa en la que caía una pequeña cascada. ( Bauma de cal teixidó).
Así fueron pasando las horas y al final llego la bajada momento en que jetroni pincho, y como había una parte del grupo por delante decidimos reagruparnos más abajo. El primer punto de parada fue bajo una nueva cascada que caía junto al camino que sirvió para limpiar un poco las bicis y como estábamos ya junto a Vallfogona decidimos continuar hasta allí para buscar en donde comer. Tras cruzar el magnífico puente subimos por un camino empedrado en el que nos encontramos un lugareño, que no era de allí, ya que era un autentico mallorquín de son Sardina que había decidido dejar el bullicio de nuestra isla e ir a vivir allí. El buen hombre nos recomendó un sitio donde comer y allí fuimos y por unos 10€ nos tomamos un esplendido menú.
Lamentablemente aun nos quedaban un montón de kilómetros así que reiniciamos la marcha y de nuevo cuesta para bajo, pero esto duro muy poco, porque pronto nos metimos de nuevo en un valle y empezamos de nuevo la ascensión por el torrent de sant eudalt en un valle claramente orientado a sur y por tanto más seco y con pinos. La pista era cómoda y relativamente suave, el único problema era que algunos teníamos toda la sangre en el estomago y por lo tanto las piernas no respondían como tocaba.
Llegamos al correspondiente collado y una nueva pista en parte encementada nos llevo hasta Sant Joan de las Abadesas, íbamos justos de tiempo así que no nos paramos mucho a contemplar el magnífico monasterio , eso si, alguna que otra lozana si fue objeto de admiración y es que en el pueblo se celebraba un macro concierto y estaba lleno de jóvenes rokeros. Continuamos la marcha por el famoso “cami de ferro”, antigua vía de tren convertida en vía verde, pero pronto la abandonamos y tras un senderillo por primera vez ligeramente plano que bordeaba unos campos sembrados llegamos al valle del torrent de Pal que como es lógico acababa en el famoso coll de pal (1774 ), punto más alto de la etapa.
Ahora el valle era angosto y sombrío por lo que la vegetación era abundante , un magnifico bosque de hayas nos iba acompañando junto al ruidoso caudal del torrente en una pista con bastante pendiente, así pronto las hayas dieron paso a los abetos y después de estos vinieron los prados en el primer paisaje de alta montaña del viaje. El grupo se estiró un poco encabezado por Andreu seguido por este narrador que pese a que iba con un pedal averiado y con el pie que fácilmente se salía se encontraba cómodo al ser una pista larga y con bastante pendiente que pasaba factura a los que suelen ir mas atrancados. Pero como en los grandes collados al final la pista se acabó y tuvimos que coger nuestras monturas y acabar de subir los escasos metros que nos quedaban para coronar con las bicis a cuesta. Las vistas eran esplendidas y a lo lejos veíamos las cumbres del Puigmal aun nevadas.
Era tarde y queríamos llegar ya, así que sin camino muy claro fuimos bajando por el verde prado a lo Heidi hasta que encontramos pista que fácilmente nos llevo hasta la Roca y luego hasta Llanars, parecía que ya estaba todo hecho cuando de repente el track nos volvió a encolomar hacia arriba en un rodeo que en aquel momento nos pareció del todo gratuito para después tener que bajar al fin a Camprodon por una trialera bastante chunga y no muy ciclable y menos después del tute de kilómetros y desnivel que llevábamos. Como este narrador tenia que cambiar urgentemente los pedales, llamamos al Jaume , el guru de la bi600, para que nos indicase en donde podíamos encontrar una tienda de bici, y este nos indico que justo en la rotonda de entrada había una. Cambiados los pedales, el propietario de la tienda nos saco un carcher para que en medio de la calle pudiéramos limpiar las bicis. Bicis limpias y reparadas llegamos a las ocho al hotel por lo que tras una ducha reponedora bajamos a cenar.
No obstante el paisaje era sencillamente fantástico, kilómetros y kilómetros de caminos por dentro de bosques de hayas y encinas sin barreras, ni prohibidos el paso, ni perros, ni payeses, ni cazadores amenazantes. Así pues fuimos avanzando en ese laberinto, ahora derecha, ahora izquierda siguiendo las indicaciones de Jet-ronic con su GPS atómico y ortopédico pero que nunca falla. Así pasamos por masías, (monsull, la serra, teixidó , etc ), ermitas ( sant Jaume, sant bartomeu ), un castillo (Castell de milany ) y gracias a la única pérdida importante por una “bauma” inmensa en la que caía una pequeña cascada. ( Bauma de cal teixidó).
Así fueron pasando las horas y al final llego la bajada momento en que jetroni pincho, y como había una parte del grupo por delante decidimos reagruparnos más abajo. El primer punto de parada fue bajo una nueva cascada que caía junto al camino que sirvió para limpiar un poco las bicis y como estábamos ya junto a Vallfogona decidimos continuar hasta allí para buscar en donde comer. Tras cruzar el magnífico puente subimos por un camino empedrado en el que nos encontramos un lugareño, que no era de allí, ya que era un autentico mallorquín de son Sardina que había decidido dejar el bullicio de nuestra isla e ir a vivir allí. El buen hombre nos recomendó un sitio donde comer y allí fuimos y por unos 10€ nos tomamos un esplendido menú.
Lamentablemente aun nos quedaban un montón de kilómetros así que reiniciamos la marcha y de nuevo cuesta para bajo, pero esto duro muy poco, porque pronto nos metimos de nuevo en un valle y empezamos de nuevo la ascensión por el torrent de sant eudalt en un valle claramente orientado a sur y por tanto más seco y con pinos. La pista era cómoda y relativamente suave, el único problema era que algunos teníamos toda la sangre en el estomago y por lo tanto las piernas no respondían como tocaba.
Llegamos al correspondiente collado y una nueva pista en parte encementada nos llevo hasta Sant Joan de las Abadesas, íbamos justos de tiempo así que no nos paramos mucho a contemplar el magnífico monasterio , eso si, alguna que otra lozana si fue objeto de admiración y es que en el pueblo se celebraba un macro concierto y estaba lleno de jóvenes rokeros. Continuamos la marcha por el famoso “cami de ferro”, antigua vía de tren convertida en vía verde, pero pronto la abandonamos y tras un senderillo por primera vez ligeramente plano que bordeaba unos campos sembrados llegamos al valle del torrent de Pal que como es lógico acababa en el famoso coll de pal (1774 ), punto más alto de la etapa.
Ahora el valle era angosto y sombrío por lo que la vegetación era abundante , un magnifico bosque de hayas nos iba acompañando junto al ruidoso caudal del torrente en una pista con bastante pendiente, así pronto las hayas dieron paso a los abetos y después de estos vinieron los prados en el primer paisaje de alta montaña del viaje. El grupo se estiró un poco encabezado por Andreu seguido por este narrador que pese a que iba con un pedal averiado y con el pie que fácilmente se salía se encontraba cómodo al ser una pista larga y con bastante pendiente que pasaba factura a los que suelen ir mas atrancados. Pero como en los grandes collados al final la pista se acabó y tuvimos que coger nuestras monturas y acabar de subir los escasos metros que nos quedaban para coronar con las bicis a cuesta. Las vistas eran esplendidas y a lo lejos veíamos las cumbres del Puigmal aun nevadas.
Era tarde y queríamos llegar ya, así que sin camino muy claro fuimos bajando por el verde prado a lo Heidi hasta que encontramos pista que fácilmente nos llevo hasta la Roca y luego hasta Llanars, parecía que ya estaba todo hecho cuando de repente el track nos volvió a encolomar hacia arriba en un rodeo que en aquel momento nos pareció del todo gratuito para después tener que bajar al fin a Camprodon por una trialera bastante chunga y no muy ciclable y menos después del tute de kilómetros y desnivel que llevábamos. Como este narrador tenia que cambiar urgentemente los pedales, llamamos al Jaume , el guru de la bi600, para que nos indicase en donde podíamos encontrar una tienda de bici, y este nos indico que justo en la rotonda de entrada había una. Cambiados los pedales, el propietario de la tienda nos saco un carcher para que en medio de la calle pudiéramos limpiar las bicis. Bicis limpias y reparadas llegamos a las ocho al hotel por lo que tras una ducha reponedora bajamos a cenar.
La
cena fue de nuevo esplendida y abundante y como no, los que quisieron pudieron
continuar con sus raciones de buti.
Aprovechando la ocasión la mayoría encargaron allí mismo una buena racion de embutidos del país para poder llevarlos a casa. Como había que digerir la opípara cena fuimos a deambular un poco por el pueblo visitando el famoso puente y luego tomando unas Moritz en el bar casino. Nos habíamos levantado pronto, habíamos estado montando casi todo el día y al final entre pitos y flautas nos íbamos a acostar pasadas las doce de la noche. Estrujábamos el tiempo a tope . 85 km y 2900 mt de desnivel.
Aprovechando la ocasión la mayoría encargaron allí mismo una buena racion de embutidos del país para poder llevarlos a casa. Como había que digerir la opípara cena fuimos a deambular un poco por el pueblo visitando el famoso puente y luego tomando unas Moritz en el bar casino. Nos habíamos levantado pronto, habíamos estado montando casi todo el día y al final entre pitos y flautas nos íbamos a acostar pasadas las doce de la noche. Estrujábamos el tiempo a tope . 85 km y 2900 mt de desnivel.
2 comentarios:
Buenos dias Cracks!! Dejamos un breve comentario a vuestro blog por si quereis dar un vistazo al nuestro. Somos del club Grillats de Vidrà i nos encontramos dandole al pedal un par de dias. Si entrais aquí, vereis las fotos que nos hicimos a Coll d'Ares. http://grillatsdevidra.blogspot.com.es/2014/05/sortida-dia-030514-super-entreno-traks.html
Un Saludo
Moltes gracies als "Grillats de Vidrà", a veure si tornem a coincidir, aquest cop per mallorca..
Uff...menos mal de sa crònica,pensava que ho havia somiat,pero es vera,varem estar per allà, paisatjes impresionants,menjar i riure en bona companyia....uaaah ara hi tornaria....
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