Con un poco de retraso, lanzo la crónica de este miniviaje de un día por el hermoso parque natural del Montseny.
Durante el mes de agosto dispuse de algunos días libres de mis deberes familiares y se me ocurrió hacer una
vuelta en mtb por Formentera, ya estaba mirando billetes y tracks cuando Miguel me desanimó de la idea, en estas fechas habría mucha gente y mucho calor y me sugirió me acercase por Barco a Barcelona y me fuese a la zona del Montseny que está a menos de una hora de tren.
Así que dicho y hecho, planifico viaje y de los diferentes tracks que veo en
wickiloc, de entre todos ellos, veo uno particularmente interesante que es por el que trascurre una carrera de
mtb llamada “Montseny 360º”, me viene perfecto ya que es circular y da toda la
vuelta al parque natural.
Parto en barco el Viernes 8 de Agosto y llego a Barcelona a las 20:00, sin demora voy
hacia Barcelona Sans para coger el cercanías hasta la estación de Palautordera
( la más cercana al Montseny). Una vez allí,
me toca hacer un par de kilómetros nocturnos (llevaba foco y luz
trasera) hasta llegar al pueblo de Santa
María de Palautordera, donde tenía contratado el alojamiento en el Hostal Turo d´l home (30 euros). Cena de
vedella catalana con patatas fritas (9 euros) y a las cama que mañana toca un
día duro.
La vuelta se hace el Sábado 9 de Agosto. En el hostal no sirven el desayuno hasta las 8:00 por lo que
no puedo salir todo lo pronto que quiero, en compensación puedo dejar la
mochila con toda la ropa y enseres para recogerla a la vuelta, asi que parto
ligero con el único peso del Camelback
bien cargado de agua.
Los primeros kilómetros son de aburrida carretera con ligera
subida, pero como son las primeras pedaladas del día todo fluye, al poco me
pasa un rutero y me propongo seguir su estela
durante algunos kilómetros, progresivamente voy subiendo la media y las
pulsaciones, y no tardo en darme cuenta
de que no es una buena rueda, tiene tipo de libélula, y tras un par de
kilómetros lo dejo marchar.
Tras unos 10 Km de ingrato asfalto, me aproximo al
track de 360º, me entra el ansia de abandonar la carretera y cojo el primer
desvío que me lleva por un camino que según el mapa del gps enlaza con el
track, pero, tras un dos o tres de kilómetros de subida por tierra … sorpresa!.
Llego a una casa particular que tiene un
camino sin salida. Primer gazapo del días y eso que todavía no he empezado el track. Tengo dos opciones,
la opción A, volver atrás y coger el camino correcto, o la opción B, tirarme montaña abajo con cierta
verticalidad, hacer campo a través con la bici a cuestas, con la esperanza de enlazar con la pista. Los
que me conozcáis un poco sabéis que escogí la opción B. En esta ocasión salió
bien, no había mucha distancia de pateo y guiado por las voces de unos niños
que jugaban en un río cercano llegue bastante más rápido, que si hubiera vuelto
sobre mis pasos.
Respiro aliviado al encontrar el track, y al poco me
encuentro con una una fuente, aprovecho para rellenar el camelback para ir a
tope de agua, (no se cuantas fuentes más me encontraré por el camino) y
continuo la marcha.
Con la tranquilidad de seguir la ruta marcada en el
gps, el asfalto roto va dando paso a
pistas de tierra que transcurren entre bosques de hayas húmedos y
frondosos, cargados de helechos y
atravesados por innumerables riachuelos.
La altura de los árboles y su espesura
hace que vaya cobijado por su sombra,
haciendo que un día del caluroso Agosto se convierta en un día fresco con
maravilloso aire acondicionado natural.
La pista sube y sube y me encuentro
algunas rampas de cierto desnivel, pero como las piernas van nuevas subo sin muchos problemas. Hay un momento en el que se vuelve de forma
fugaz a tocar la carretera para luego continuar por pista de tierra, y es
cuando me doy cuenta que los tracks no son perfectos. El camino que me marca el
gps para salir de la carretera pasa por una casa privada donde hay un enorme
perro que no para de ladrar. Vuelvo adelante y atrás buscando un camino alternativo, pero nada, con el alboroto salen
los dueños de la casa y me dicen que por ahí no pasa ningún camino que vaya un
poco más adelante y coja el camino hacia el cementerio, y así lo hago, aunque
algo dubitativo, tampoco me quedan más opciones. Afortunadamente veo en el gps
que puedo enlazar con el track y vuelvo a encontrarme en el “buen camino”, que
para variar sigue subiendo, y subiendo….. La dificultad técnica es mínima, las
pistas son anchas y solo pone algo de picante el esquivar las numerosas ramas y
piedras esparcidas y el atravesar los
pasos de agua que cruzan continuamente el camino (me imagino que hacer esta
ruta en época de lluvias puede ser complicado)
Sin más dilaciones, tras pasar
por las ruinas de un antiguo monasterio, llego al mirador de Sant Marcal a 1.132 m, tras unos tristes 24 km y un desnivel
acumulado de casi 1.000 metros.
El camino vuelve a tocar asfalto para perderse por un
nuevo desvío, este bien marcado en el gps. Y por fin toca bajadita, que
transcurre por una pista ancha en medio del bosque, no se puede ir demasiado rápido ya que la
pista está bastante sucia, de piedras y ramas, y porque en muchas de sus curvas
hay una mezcla de barro mezclado con hojas que según por donde pases te puedes
quedar enfangado y atascado, no obstante se agradece el frescor que da la
velocidad y el reposo al dejar de dar pedales. Lo bueno dura poco y toca hacer
otra subidita al Coll de Bordoriol,
breve pero intensa en apenas 4km te comes casi 400 de desnivel. Aquí paro a
comer el plátano que llevaba, y visito el punto de información.
Reanudo la marcha con bajadas y subidas rompepiernas y con un
agujero en el estómago (el plátano ha despertado a la bestia, que empieza a
rugir con fuerza). Empiezo a tener prisa, y las prisas son malas consejeras,
hay que ir muy atento al track ya que en numerosas ocasiones sale de la pista
principal y coge pequeños desvíos, que en algunas ocasiones me salto y luego
tengo que retroceder, con el consiguiente gasto de energía. Vuelvo a repostar
agua cerca ya de Viladrau (supongo
que será buena), y es cuando me encuentro al único ciclista de mtb en toda la ruta,
nos saludamos tímidamente y cada uno sigue su camino.
Llego al punto del track
que toca brevemente la carretera Seva-
Viladrau, y es aquí cuando tras unos 50 km, y con casi 2.000 m de desnivel, el
estómago y el reloj (son las 2:20) me dicen que me aferre al asfalto y que
recorte. Dicho y hecho, tras 7 km cómodos de carretera llego a Seva y paro en el primer lugar que veo.
Les digo que tengo prisa y me recomiendan el menú festivo, son 25 euros
pero está estupendo, salmorejo,
canelones y lubina, aderezados con cocacola, café y sorbete de limón.
Me da suficiente
gas para retomar la ruta, que se plantea dura con 10 km de subida nada más
empezar, son las 15:30, el sol brilla implacable, y el aire acondicionado del
bosque ha dejado de funcionar. En esta parte del parque natural, la vegetación
cambia completamente. Los frondosos bosques de hayas se transforman en pequeños pinares y
encinares, que apenas dan sombra al camino.
Con muchos grados de temperatura en
el motor, paso por el Brull y puedo
disfrutar de la vista de su ermita, y continuo por duras rampas donde según voy
ganando altura, las pizarras empiezan a embaldosar el camino. Las vistas
empiezan a ser espectaculares y me aproximo a los 1.333 metros el punto más
alto del camino.
El calor empieza a hacerme mella cuando encuentro una
maravillosa fuente con agua fresquita donde aparte de reponer agua, me remojo
la cabeza y las piernas para enfriar el motor.
Continúo la subida por tramos
más técnicos e interesantes de la ruta, que hacen que te concentres y te
esfuerces para intentar no hacer pie. A pesar de la dureza, la dificultad me
hace estar entretenido y consigo subirlo todo montado, solo se me escapa un pie
en uno de los pasos. Tras hacer “cumbre”
y llegar al punto más alto del recorrido puedo disfrutar de las vistas.
Sigo
avanzando con una ligera hasta llegar al Collformic,
donde viene un sube y baja rompepiernas, donde apenas se pierde altura, es en
este tramo donde me encuentro una mayor número de excursionistas, asi que voy
tranquilo y saludando en las bajadas para no sobresaltarlos.
Ya van cerca de 85km cuando viene el tobogán de la ruta, una
bajada de más de 10km, por pista ancha y
con buen firme de tierra. Es perfecto para terminar la etapa, sin arriesgar
miro de reojo el velocímetro y me meto en los 40km/h, sin arriesgar “volando
voy , volando vengo, por el camino yo me entretengo..” me pongo a cantar mientras
disfruto y pienso “ Estas bajadas tan largas no las tenemos en Mallorca”.
Al final todo lo
bueno se acaba y llego a un camping llamado “les piscines” donde toca subir
cuestas de duro asfalto que cogen a las piernas desprevenidas,
afortunadamente el castigo termina
pronto y cojo la carretera que baja a Santa María da Palautordera, 10
kilómetros extras, pero que al ser también de bajada se hacen llevaderos.
Por último llego al hostal recojo la mochila, y me voy a la
estación de tren. Cojo el de las 19:40 y a las 20:30 estoy en Barna, me da tiempo a cenar y dar una
vuelta corta por el barrio gótico y ponerme rumbo a la estación marítima donde
me espera lo más duro de todo el viaje: 8 horas de barco, en butaca (no había
camarotes), y sin ducharme.
110Km y 2700m desnivel
1 comentario:
Buena crónica, creo que solo has obviado en que puntos y cuantas veces hiciste necesidades fisiológicas.
Que Envidia, como añoro mis salidas por esa zona. Allí hice mi Primera salida en mtb de 2 días.
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