Tras el habitual desayuno en el que coincidimos con una pareja motera catalana que iban programando su viaje sobre la marcha
(aquí te pillo, aquí te mato: frase desafortunada que
este narrador soltó después de unas
cuantas copas de mas) y a la que conocimos por la noche mientras paseábamos por el pueblo reiniciamos
la marcha. Al final el becari no
sucumbió a las tentaciones del diablo
por lo que pudimos negociar con los disidentes seguir el track según lo previsto
inicialmente a cambio de subir el coll
d’Ornon (1367 ) por carretera. Así al salir de Corps la primera ascensión la
hicimos siguiendo el track, que en ese tramo iba por una carreterilla
secundaria que posteriormente se convirtió en pista y que nos llevó hasta los
primeros grandes prados alpinos por los que estuvimos rodando un buen rato
hasta que iniciamos el descenso.
En éste, según las indicaciones del track
debíamos abandonar la cómoda pista para seguir un sendero que al inicio se
encalomaba por la ladera por lo que los que íbamos detrás, viendo que era
posible seguir por pista, decidimos continuar dejando a su suerte al tibu y a
gerard que se encontraron solos en medio de la montaña sin gps, ni mapa ni guía
al que seguir. A pesar de todo, en breve nos reencontramos y reiniciamos la
marcha adentrándonos de nuevo en un sendero que bajaba por una ladera boscosa
con una pendiente elevadísima y que el sendero salvaba con una pendiente aceptable en solo 3 o 4 zig zags y que por lo tanto debían tener en sus tramos
rectos casi 1km de longitud.
Después de una buena pista al final llegamos a le Villard del cual salimos en dirección a Entraigues por el “ chemin roman
“. En el pueblo encontramos una “boulangerie”
con bocatas ya hechos, así que compramos unos cuantos y unos trozos de pizza y
las correspondientes bebidas habituales reinstaurando el modo contención económica. Tal como
habíamos acordado decidimos subir el col d’ Ornon por carretera dando rienda
suelta a los pro que lo dieron todo por coronar. Al llegar arriba, tal como era de esperar, el tibu se apalancó en la terracita de un bar
y todos le seguimos para celebrar el ascenso y romper de nuevo la contención presupuestaria.
A la hora de iniciar el descenso de nuevo el team vp&tibu decidieron
separarse del grupo ya que querían bajar rápido por carretera para llegar pronto a destino, así el resto iniciamos
el descenso por senderillos que
siguiendo el cauce del rio iban bajando de pueblo en pueblo hasta que
llegamos a Bourg d’Oisans, punto más
bajo de todo el recorrido. Tras un paseíllo por el pueblo decidimos tomar un tententenpie para poder afrontar la última
gran subida y nos paramos en otra boulangerie en la que más de uno se puso nervioso ante los
encantos de la Boulangera …
Antes de iniciar el ascenso teníamos un tramo de unos 6 km de llaneo siguiendo el GR a través de los bosques de ribera del Romanche, el gran
rio que define la comarca de Oisans, pero cuando estábamos a medio recorrido
nos encontramos a la pareja disidente que bajaba rio abajo. Al parecer,
durante el deshielo, se produjo una gran riada que había destruido el puente
que cruzaba de un lado a otro. Según nos contaron, mientras nosotros nos deleitábamos
con las delicias de la boulangera, ellos siguiendo una feliz idea de bombero habían intentado cruzar el
rio a las bravas, comprobando la norma que ya ratificamos en Bolivia que dice
que si el agua supera la cintura es imposible frenar la fuerza de la corriente
y mas llevando una mochila y levantando la bici
por encima del agua para que esta no aumente el empuje de ésta. Así reunificado
el grupo bajamos todo lo subido para regresar a Bourg d’Oisans y buscar el único puente que cruzaba el rio en
bastantes kilómetros.
Retomamos el
ascenso, ahora por la transitada carretera nacional del col de Lautaret, al
principio con un exiguo carril bici que desapareció cuando la carretera inicio el
ascenso de verdad y empezaron los túneles donde los coches emitían un rugido
aterrador. Al final tras unos 15 km angustiosos llegamos a la presa y lago de Chambon,
en donde abandonamos la carretera general, ya solo nos quedaban unos pocos kilómetros
para llegar a Mizoën supuesto punto final de la Etapa.
Al llegar al pueblo
curiosamente el track se paró en medio del pueblo y no en el albergue en donde
se suponía que debíamos dormir y es que al trocear los tracks, con las prisas
no había tenido tiempo de relocalizar en donde estaba nuestro guite. Asi al
preguntar dónde estaba, se nos cayó el mundo encima, "estaba a unos 7km más y a unos 600 mt más arriba UEAAAA". Llevábamos
80 km y más de 2000 mt de desnivel y aun teníamos que subir una comuna con el
penyal d’honor …
Este narrador la había cagado pero como no quedaba más remedio que subir
iniciamos la ascensión dejando en el pueblo al team que como no habían hecho
parada técnica en la segunda boulangerie estaban famélicos. Poco a poco fuimos verificando que lo que nos
habían dicho era cierto, ya que al principio confiábamos en que los del pueblo se habían pasado con el
kilometraje y que realmente el refugio estaría cerca.
Pasamos unos túneles y la
carreterita por la que íbamos se convirtió en pista serpenteante que iba
subiendo y subiendo de manera cómoda pero implacable, pronto el grupo se
disgrego y cada uno subió a su manera, quedando este narrador en tierra de
nadie y temiendo la ira de los demás sufría mas por la presión psicológica que
por la subida física. Pero en una de las curvas levanto la cabeza y muy arriba
vió un punto brillante que no podía ser otro que el refugio, si al menos ya lo veíamos
la cosa estaba controlada, así poco a poco conseguimos alcanzar nuestro
objetivo el refuge les chatons.
La verdad es que al llegar allí todos olvidaron
el sufrimiento ya que el lugar era increíble: un autentico refugio alpino a
1800 mt con el telon de fondo de los glaciares de la Meije. Allí conocimos al "gayumbos", nombre con el que
apodamos al albuerguero, ya que como todos estos individuos con un pasado nepalí
y que han acabado en refugios solitarios
son bastante singulares. En concreto nuestro buen amigo vestía camisetas
largas y pantalones deportivos cortos que quedaban escondidos debajo la
camiseta por lo que parecía que iba directamente en gayumbos tanto de día como
de noche.
Pese a todos lo avatares sufridos llegamos a una buena hora por lo
que después de ducharnos aun tuvimos tiempo de disfrutar de la terraza con
vistas antes de la cena, que también resulto de las mejores y como no, bien aderezada con caldos a granel. Para rematar el estado etílico en
que estábamos nuestro anfitrión saco un matraz en el que coloco una pequeña porción
de agua con azúcar y lo entregó al doctor para que lo removiese para su
correcta disolución, una vez obtenida la solución azucarada nuestro anfitrión trajo
una garrafa de cristal de unos 10 litros llena de hierbas del lugar y un
liquido transparente que resulto ser alcohol
puro.
Lo que creíamos seria disolvente pasó a ser soluto y lo que debería ser
soluto pasó a ser disolvente, es decir,
que lo que nos sirvió era alcohol
puro levemente azucarado y por tanto al beberlo te quemaba por dentro y
consecuentemente al ir a subir las escaleras de nuestro dormitorio todos íbamos
agarrándonos a la baranda.
Así finalizó el día que paso de ser de puro trámite a uno de los mejores días de la vuelta y aun quedaban las etapas más Alpinas.
Así finalizó el día que paso de ser de puro trámite a uno de los mejores días de la vuelta y aun quedaban las etapas más Alpinas.
86 km con un desnivel de subida de 2.692 mt y 1802 de bajada con pendientes máximas de subida del 21 % y del 22% de bajada.
LOGISTICA DE LA VUELTA................................................................................ PRIMERA ETAPA
No hay comentarios:
Publicar un comentario