Amaneció y al mirar por la ventana uno no sabía si aun estaba bajo los efectos etílicos o no, ya que el valle había
desaparecido y estábamos en una especie de Olimpo más arriba de las nubes. Ya más
despiertos y después del tazón diario de café de cazuela reiniciamos la marcha sin que las
nubes se hubieran disipado en una etapa en la que empezábamos con ventaja ya
que el día anterior habíamos hecho 7 km y 600 mt de desnivel correspondientes a la
primera gran subida.
Así fue bastante fácil y cómodo alcanzar el col de Souchet (2365 mt) el punto más alto del día
y de todo el tour. La pista era ancha y cómoda he iba pasando por distintos
refugios como el de Mouterres, tras el
cual este narrador inicio su viacrucis particular, ya que pinchó la rueda de atrás. El segundo día de la vuelta
en una bajada pizarrosa raje mi tubelizada captain de Specialized, por lo que
desde ese día iba con cámara y no había habido mayor problema, pero algo debió pasar
ese día en la rueda y empecé a pinchar, hasta que al
tercer parche revisamos todas las cámaras y descubrimos que el problema estaba en la llanta, por lo que forramos el fondo de
llanta al llegar al albergue con cinta
aislante y al día siguiente se acabaron los problemas.
Tras el col de Souchet teóricamente teníamos que
ir hasta el lac Noir, pero como era un ida y vuelta y en esos momentos este
narrador estaba más en la rueda que en el trazado y nadie insistió en ir a visitarlo lo pasamos de
largo (realmente fue una pena).
Así iniciamos el descenso por una magnifica
trialera muy bien trazada y con unas curvas perfectas (este narrador las hacia
sin tener que maniobrar, por lo que evidentemente tenían que ser muy facilonas)
el único inconveniente es que a medida que nos acercábamos a le Chazelet, cada
vez había más gente subiendo a pie.
Al
llegar al pueblo y mientras sonaba la
marsellesa por la megafonía de un Albergue, nos reagrupamos y fuimos a buscar algún bareto
en el que tomar algo. Pere, insistía y
con razón, que debíamos continuar, ya
que la Grave estaba a tiro de Piedra. Pero el hambre que teníamos Vp y este narrador nos nubló el entendimiento y al no
encontrar ningún bar acabamos en una
tienda de suvenirs comprando pastelitos prefabricados y cocacolas calientes que
lo único que hicieron fue hincharnos y conseguir que se nos fuera el apetito.
Tal
como había previsto Pere llegamos a la Grave en 5 minutos de vertiginosa bajada por antiguos caminos pero
como después venía otra subida y hasta Lautaret ya no había más posibilidades
de abastecimiento pese a que no teníamos mucha hambre buscamos una pizzería en la que tomar algo.
Tras la comida, que a algunos no les sentó muy
bien, reiniciamos la subida hacia Ventelon, pueblo que estaba a similar cota
que le Chazelet al cual se unía por una carreterilla, así pues, si hubiéramos estado
más al tanto del Plano o del Gps nos hubiéramos evitado el tener que bajar
hasta la Grave. A pesar de todo hay que
reconocer que el pueblo vale la pena y por algo es considerado uno de los
pueblos más bellos de Francia.
Pronto la carreterilla se convirtió en pista que
acabo en el pueblecillo de Hammau en el que tras cruzar el rio iniciamos un
sendero que nos llevo hasta el Lago du
Pontet. Éste, como estaba bastante cerca de una pista a la que se podía ir en
coche, estaba petado de gente. Pero no por ello dejaba de ser un magnifico
lugar en el que aprovechando que también había un chiringuito donde vendían helados
nos paramos a tomar un buen calipo.
Tras el lago venia un tramo incierto en el
que al trazar el track no habíamos visto ningún rastro de camino cosa que la guía ya indicaba. Así intentamos seguir las
instrucciones que el metódico Fernando nos había pasado traducidas del Francés,
pero no las subimos interpretar bien y
al final acabamos abortando el intento y bajamos un poco a la brava hacia una
casa que veíamos ladera abajo. Sorprendentemente al llegar a la casa, una
Señora que nos vio aparecer de la nada, no se alteró lo mas mínimo y nos deseo
buen descenso. Seguro que si esto lo hubiéramos hecho en Mallorca nos hubieran
dicho de todo, pero que le vamos a hacer…
Al llegar a la carretera acabamos de subir por esta hasta el famoso col
de Lautaret ( 2057 mt) en donde algunos nos
hicimos las típicas fotos de rigor. Evidentemente como ya venía siendo habitual
el Gite no estaba en el mismo collado sino que estaba unos 2 km más lejos, pero
esta vez cuesta para abajo, así que sin más preámbulos, unos por el gr y otros
por carretera, llegamos al Refugio. El Guite de Lautaret era un autentico refugio “ on the road”
porque allí solo había el refugio, la carretera y un perro pastor que intentaba
perseguir cada coche que pasaba y que durante todo el tiempo en que estuvimos no
paró en ningún momento su estresante tarea.
El refugio era bastante correcto y
estaba regentado por una joven pareja algo hippie ( con el consabido rollo Nepalí
) en el que él hablaba un castellano afrancesado bastante divertido. Durante la cena coincidimos con otros 2 mountain bikers, los únicos que encontramos
en todo el recorrido, con los que el Randino, nuestro interprete oficial, pudo
hablar un poco de todo. Bien cenados nos
fuimos a dormir, ya solo nos quedaba una etapa para acabar.
49 km con un desnivel de subida de 1707 mt y 1551 de bajada con
pendientes máximas de subida del 29 % y
del 28 % de bajada.
LOGISTICA DE LA VUELTA................................................................................ PRIMERA ETAPA
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